Me
cago en ‘tó’, ya está. Paco metiendo la pata otra vez. ¿Pero por qué se pone
este hombre a volver a abrir el debate sobre la ubicación del tercer hospital?,
pensaba JuanMa Moreno al leer el periódico del día.
Después
de terminar de leer la noticia, llamó a su secretaria:
-
Isabel, pásame con Paco de la Torre.
-
Ahora mismo, presidente, le contestó Isabel.
Y
así lo hizo.
-
Buenos días, Antonio, mi jefe quiere hablar con el tuyo, le dijo al secretario
del alcalde de Málaga.
-
Buenos días, Isabel, intento pasarte.
A
los dos minutos, le contestó:
-
Isabel, está fuera y no me contesta, dijo Antonio.
-
Bueno, dile que el presidente quiere hablar con él.
Al
día siguiente, en el despacho, Paco de la Torre se puso a devolver las llamadas
pendientes.
-
Antonio, por favor (tiene muchos defectos, pero educado es), páseme usted con
el señor presidente de la Junta.
Y
volvió a hacerse el mismo procedimiento, pero en sentido contrario, en este
caso era JuanMa el que estaba en una inauguración de una rotonda.
Algo
parecido sucedió el tercer día... y al cuarto día, por fin, pudieron hablar
nuestros personajes.
Antes
de seguir con esta historia, digo yo que por qué no se llaman el uno al otro al
móvil, sería todo más fácil... pero, claro, no tendría glamour y perderían la
erótica del poder.
Bueno,
volvamos a la conversación de ambos.
-
Paco, ¿cómo es que dices que el tercer hospital puede ir en otros terrenos?,
preguntó JuanMa al alcalde de Málaga.
A
lo que le contestó Paco:
-
Hombre, querido presidente, buenos días, ¿cómo estás?, y los niños, ¿bien?
Este
hombre no tiene arreglo, pensó JuanMa, mientras lo escuchaba.
-
Si, todo bien, Paco. Pero, ¿por qué dices que el tercer hospital puede ir en
otro sitio? ¿No sabes que tenemos unas elecciones dentro de un mes y medio y no
podemos volver a abrir ese debate? La gente está cansada de nuestros cambios de
rumbos, hemos prometido que lo íbamos a empezar lo antes posible en los
terrenos del Hospital Civil y no podemos decir ahora que se puede hacer en otro
lugar, podríamos perder miles de votos, ¡lo entiendes!, exclamó el presidente.
-
JuanMa, me alegro que tu mujer y los niños estén bien, siempre es un placer
hablar contigo.
-
Si, Paco, gracias, cortó al alcalde... pero ¡dime lo del hospital!
-
Ah, claro. Pues que creo que podría ser una magnífica idea que fuera en suelo
no congestionado y abrir otra centralidad en la ciudad.
-
Pero, ¿qué cojones de congestión o de centralidad? Paco, el proyecto es del
2008 y no podemos volver al inicio. Vente mañana a mi despacho que vamos a
cerrar esto definitivamente.
-
Mañana, no puedo, JuanMa, tengo que ir a la entrega de trofeos de cinquillo en
la peña La Pelá, ahí tengo a seis votantes míos que tengo que cuidar para
cuando me presente en las próximas municipales.
Se
hizo un largo silencio, mientras uno hablaba en serio y el otro creía que era
un chiste.
-
Paco, por Dios, anula eso y vente, le dijo el presidente.
-
Vale iré, pero tienes que decir que el metro llegará soterrado.
-
Paco, si sabes que ya nos hemos comprometido a que llegue en superficie.
-
Pues entonces no voy, me llego a la entrega de premios de la Peña La Pelá.
-
Vale, Paco, diré que llegará soterrado.
-
Estupendo, JuanMa, saludos afectuosos a tu querida señora.
-
De tu parte Paco...
Colgó
y se escucho un grito en el despacho del presidente de la Junta.
Alguno
de mis siete lectores/as dirá, Rafa, eres muy crítico, pero di en positivo lo
que tú hubieras hecho.
Pues
lo voy a decir muy rápidamente.
Hubiera
pedido a los servicios técnicos del Ayuntamiento que en cinco meses realizaran
un informe de los pros y contras de las distintas ubicaciones del tercer
hospital, no solo de una o dos.
Lo
mismo hubiera hecho con la posibilidad de que el metro llegara en superficie o
soterrado. Me da igual quien pague la infraestructura, el alcalde de una ciudad
debe proteger los intereses de su ciudadanía, sobre todo en los grandes
proyectos "para toda la vida".
Me
lo hubiera estudiado y debatido con mi equipo de gobierno y los responsables
técnicos de los informes.
Hubiera
decidido, con esa información cuál sería la mejor de las ubicaciones.
Hubiera
presentado el proyecto a la oposición y hubiera llegado a un consenso para
aprobar por unanimidad el lugar de localización del mayor proyecto de la ciudad
y la forma de que llegara el Metro al nuevo hospital.
Hubiera convocado una rueda de prensa, con los portavoces de la oposición, para
presentarle a la ciudadanía la ubicación del hospital y las razones que
argumentan esa decisión.
Pues
bien, después de 10 años, nada de lo que digo, y que creo que es lo más
racional, se ha hecho.
La
decisión la han tomado con una llamada telefónica de urgencia, por unas
desafortunadas declaraciones del alcalde de Málaga, posteriormente teatralizada
en una reunión ‘institucional’, porque en mes y medio hay elecciones y no
podían defender este nuevo cambio de opinión del sr. De la Torre que cabreaba a
decena de miles de malagueños/as.
Y
por surrealista que parezca esta historieta, no os quepa la menor duda que
pudiera ser lo que en realidad ha pasado.
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