domingo, 24 de mayo de 2020

Paco, ¡estate quieto¡


Me cago en ‘tó’, ya está. Paco metiendo la pata otra vez. ¿Pero por qué se pone este hombre a volver a abrir el debate sobre la ubicación del tercer hospital?, pensaba JuanMa Moreno al leer el periódico del día.


Después de terminar de leer la noticia, llamó a su secretaria:
- Isabel, pásame con Paco de la Torre.
- Ahora mismo, presidente, le contestó Isabel.

Y así lo hizo.
- Buenos días, Antonio, mi jefe quiere hablar con el tuyo, le dijo al secretario del alcalde de Málaga.
- Buenos días, Isabel, intento pasarte.

A los dos minutos, le contestó:
- Isabel, está fuera y no me contesta, dijo Antonio.
- Bueno, dile que el presidente quiere hablar con él.
Al día siguiente, en el despacho, Paco de la Torre se puso a devolver las llamadas pendientes.
- Antonio, por favor (tiene muchos defectos, pero educado es), páseme usted con el señor presidente de la Junta.

Y volvió a hacerse el mismo procedimiento, pero en sentido contrario, en este caso era JuanMa el que estaba en una inauguración de una rotonda.

Algo parecido sucedió el tercer día... y al cuarto día, por fin, pudieron hablar nuestros personajes.
Antes de seguir con esta historia, digo yo que por qué no se llaman el uno al otro al móvil, sería todo más fácil... pero, claro, no tendría glamour y perderían la erótica del poder.

Bueno, volvamos a la conversación de ambos.

- Paco, ¿cómo es que dices que el tercer hospital puede ir en otros terrenos?, preguntó JuanMa al alcalde de Málaga.
A lo que le contestó Paco:
- Hombre, querido presidente, buenos días, ¿cómo estás?, y los niños, ¿bien?
Este hombre no tiene arreglo, pensó JuanMa, mientras lo escuchaba.
- Si, todo bien, Paco. Pero, ¿por qué dices que el tercer hospital puede ir en otro sitio? ¿No sabes que tenemos unas elecciones dentro de un mes y medio y no podemos volver a abrir ese debate? La gente está cansada de nuestros cambios de rumbos, hemos prometido que lo íbamos a empezar lo antes posible en los terrenos del Hospital Civil y no podemos decir ahora que se puede hacer en otro lugar, podríamos perder miles de votos, ¡lo entiendes!, exclamó el presidente.
- JuanMa, me alegro que tu mujer y los niños estén bien, siempre es un placer hablar contigo.
- Si, Paco, gracias, cortó al alcalde... pero ¡dime lo del hospital!
- Ah, claro. Pues que creo que podría ser una magnífica idea que fuera en suelo no congestionado y abrir otra centralidad en la ciudad.
- Pero, ¿qué cojones de congestión o de centralidad? Paco, el proyecto es del 2008 y no podemos volver al inicio. Vente mañana a mi despacho que vamos a cerrar esto definitivamente.
- Mañana, no puedo, JuanMa, tengo que ir a la entrega de trofeos de cinquillo en la peña La Pelá, ahí tengo a seis votantes míos que tengo que cuidar para cuando me presente en las próximas municipales.

Se hizo un largo silencio, mientras uno hablaba en serio y el otro creía que era un chiste.

- Paco, por Dios, anula eso y vente, le dijo el presidente.
- Vale iré, pero tienes que decir que el metro llegará soterrado.
- Paco, si sabes que ya nos hemos comprometido a que llegue en superficie.
- Pues entonces no voy, me llego a la entrega de premios de la Peña La Pelá.
- Vale, Paco, diré que llegará soterrado.
- Estupendo, JuanMa, saludos afectuosos a tu querida señora.
- De tu parte Paco...

Colgó y se escucho un grito en el despacho del presidente de la Junta.

Alguno de mis siete lectores/as dirá, Rafa, eres muy crítico, pero di en positivo lo que tú hubieras hecho.

Pues lo voy a decir muy rápidamente.

Hubiera pedido a los servicios técnicos del Ayuntamiento que en cinco meses realizaran un informe de los pros y contras de las distintas ubicaciones del tercer hospital, no solo de una o dos.

Lo mismo hubiera hecho con la posibilidad de que el metro llegara en superficie o soterrado. Me da igual quien pague la infraestructura, el alcalde de una ciudad debe proteger los intereses de su ciudadanía, sobre todo en los grandes proyectos "para toda la vida".

Me lo hubiera estudiado y debatido con mi equipo de gobierno y los responsables técnicos de los informes.

Hubiera decidido, con esa información cuál sería la mejor de las ubicaciones.

Hubiera presentado el proyecto a la oposición y hubiera llegado a un consenso para aprobar por unanimidad el lugar de localización del mayor proyecto de la ciudad y la forma de que llegara el Metro al nuevo hospital.

Hubiera convocado una rueda de prensa, con los portavoces de la oposición, para presentarle a la ciudadanía la ubicación del hospital y las razones que argumentan esa decisión.

Pues bien, después de 10 años, nada de lo que digo, y que creo que es lo más racional, se ha hecho.

La decisión la han tomado con una llamada telefónica de urgencia, por unas desafortunadas declaraciones del alcalde de Málaga, posteriormente teatralizada en una reunión ‘institucional’, porque en mes y medio hay elecciones y no podían defender este nuevo cambio de opinión del sr. De la Torre que cabreaba a decena de miles de malagueños/as.

Y por surrealista que parezca esta historieta, no os quepa la menor duda que pudiera ser lo que en realidad ha pasado.

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