domingo, 24 de mayo de 2020

El acta no es tuya


Me da igual lo que digan los juristas, las distintas visiones de distintos jueces, que llegan a distintas interpretaciones, de distintos órganos judiciales.

Mi opinión es rotunda, la realidad y la moral deben estar por encima de "salvar mi culo", por el simple hecho de que haya una jurisprudencia en no sé dónde, que diga no sé qué.  Supongo que no me he explicado en absoluto, pero no siempre voy a ser claro en mis exposiciones.

Lo que sí tengo claro es que en las grandes ciudades, como Málaga, la ciudadanía no vota a los 500 candidatos que se presentan cada cuatro años a Concejalas y Concejales. En el 99% de los casos, votan al partido con el que se sienten más identificado.

A cada uno de esos candidatos de forma particular, los vota parte de sus familias y parte de sus amigos, es decir, unos 25 votos.  El resto de los votos que obtenga en las urnas, son de personas que le dan su confianza a un partido político, sí a un partido político, y no a una persona que, por lo general, no tienen ni idea de quienes son.

Y lo digo yo, que me presenté en 2007 a concejal por Málaga y aunque podría decir que me votaron 75.000 malagueños, tengo muy claro que votaron a las siglas políticas por las que me presenté, y no a mí.

Pues parece que el Sr. Cassá, tránsfuga de Ciudadanos (persona que pasa huyendo de una parte a otra), cree que le han votado 18.500 personas, cuando eso es rotundamente falso.  A él le habrán votado 14 o 15 personas, el resto han votado a Ciudadanos.  Incluso, me atrevería a decir que a Ciudadanos no le votaron 85 personas porque él iba en la lista. En definitiva, que su saldo electoral puede ser más que negativo.

Y que conste que, en este caso, el egoísmo del Sr. Cassá, le viene bien a mis intereses egoístas, ya que creo que la etapa del Sr. De la Torre está más que terminada y que la persona más adecuada, sin lugar a duda, para abordar el futuro de nuestra Ciudad, es Daniel Pérez.

Por ello, si se tiene un trabajo donde volver y dignidad personal, y uno no está ya cómodo con las siglas políticas que le hicieron ser elegido Concejal, lo que tiene que hacer es dimitir, sin más, y sin ningún género de dudas.  Si no se tiene un trabajo donde volver u otros pensamientos más indecentes, puede argumentar el acogerse a un artículo de una norma ... como si fuera un clavo ardiendo.

Esa es la disyuntiva, dignidad o necesidad.  Cada uno decide.


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