Me da igual
lo que digan los juristas, las distintas visiones de distintos jueces, que
llegan a distintas interpretaciones, de distintos órganos judiciales.
Mi opinión
es rotunda, la realidad y la moral deben estar por encima de "salvar mi
culo", por el simple hecho de que haya una jurisprudencia en no sé dónde,
que diga no sé qué. Supongo que no me he
explicado en absoluto, pero no siempre voy a ser claro en mis exposiciones.
Lo que sí tengo
claro es que en las grandes ciudades, como Málaga, la ciudadanía no vota a los
500 candidatos que se presentan cada cuatro años a Concejalas y Concejales. En
el 99% de los casos, votan al partido con el que se sienten más identificado.
A cada uno
de esos candidatos de forma particular, los vota parte de sus familias y parte
de sus amigos, es decir, unos 25 votos.
El resto de los votos que obtenga en las urnas, son de personas que le
dan su confianza a un partido político, sí a un partido político, y no a una
persona que, por lo general, no tienen ni idea de quienes
son.
Y lo digo
yo, que me presenté en 2007 a concejal por Málaga y aunque podría decir que me
votaron 75.000 malagueños, tengo muy claro que votaron a las siglas políticas
por las que me presenté, y no a mí.
Pues parece
que el Sr. Cassá, tránsfuga de Ciudadanos (persona que pasa huyendo de una
parte a otra), cree que le han votado 18.500 personas, cuando eso es rotundamente
falso. A él le habrán votado 14 o 15
personas, el resto han votado a Ciudadanos.
Incluso, me atrevería a decir que a Ciudadanos no le votaron 85 personas
porque él iba en la lista. En definitiva, que su saldo electoral puede ser más
que negativo.
Y que conste
que, en este caso, el egoísmo del Sr. Cassá, le viene bien a mis intereses
egoístas, ya que creo que la etapa del Sr. De la Torre está más que terminada y
que la persona más adecuada, sin lugar a duda, para abordar el futuro de
nuestra Ciudad, es Daniel Pérez.
Por ello, si
se tiene un trabajo donde volver y dignidad personal, y uno no está ya cómodo
con las siglas políticas que le hicieron ser elegido Concejal, lo que tiene que
hacer es dimitir, sin más, y sin ningún género de dudas. Si no se tiene un trabajo donde volver u otros
pensamientos más indecentes, puede argumentar el acogerse a un artículo de una
norma ... como si fuera un clavo ardiendo.
Esa es la
disyuntiva, dignidad o necesidad. Cada
uno decide.
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