sábado, 19 de agosto de 2017

Chalaos


Estamos en estas semanas con un debate público de los efectos negativos del turismo. Que los tiene.

Lo que no se entiende, es que en cualquier diagnóstico hay que analizar los efectos negativos … y los positivos, para hacer un balance conjunto y comprobar si esa actividad merece la pena, o no.

Y el balance del turismo es radicalmente positivo y rotundamente claro, para mí y para quienes hagan esa reflexión desde un punto de vista integral. Sin paliativos, EL TURISMO ES UNA MAGNÍFICA ACTIVIDAD, aunque como cualquier otro sector económico, haya que regularlo y diseñar acciones que minimicen sus efectos negativos.

Esta actividad, el turismo, genera de forma directa el 11 % del PIB de nuestro país; aglutina a 2,5 millones de empleos; es la principal fuente de atracción de divisas del exterior; es la única actividad en la que España es líder a nivel mundial; genera los mayores impactos en el resto de la economía, … y podríamos seguir argumentando sus efectos positivos.

Quien no tenga en cuenta los beneficios generados por el turismo (insisto, quien mayor empleo y riqueza genera en nuestro país), es que está “chalao perdío” o que es “tonto de la haba” o que “está trillao”, … o está haciendo demagogia política.

Pues eso, que hay algunos jóvenes de no sé qué rama juvenil de la CUP, partido independentista catalanista, que dicen que el turismo el malo, y otros políticos de medio pelo y con el único objetivo de tener presencia demagógica en los medios de comunicación (y lo han conseguido), dicen que el turismo es malo, que hay que cargárselo, que hay que expropiar hoteles y otras barbaridades.

Y claro, como esas declaraciones son pintorescas y gilipollescas, los medios de comunicación lo sacan repetidamente y se puede volver, de forma peligrosa, en una realidad asumida por parte de la población. Ya sabéis aquello de que una mentira mil veces repetidas, se puede convertir en una verdad asumida.

Obvio que el turismo tiene efectos negativos, obvio que hay mucho que mejorar, obvio que cementa el litoral, que muchos salarios son vergonzantes, que la piratería abunda, que masifican nuestras playas y ciudades, etc., pero ¿renunciamos al sector turístico?. Entonces me podría imaginar otros millones más de parados, lo que haría que la mitad de los españolitos/as nos tendríamos que ir a buscar trabajo a otros países … sobre todo, en sus sectores turísticos.

Algunos estábamos diciendo y escribiendo, por ejemplo en estas páginas desde hace unos pocos de años, que había que limitar la llegada de turistas a determinados destinos turísticos, que había que pensar en acotar la oferta de alojamiento turístico, sobre todo no reglado, que se estaba superando la capacidad máxima de carga, que la calidad y competitividad tenía que ir vía ingresos y no por el aumento en las llegadas de turistas.

Los resultados a mis reflexiones más o menos han sido: ninguno, cero, nada.

Pero es aquí cuando llegan estos chalaos, dicen solo una parte de la verdad, sin ningún argumento técnico o científico, y tienen un altavoz nacional que hace que el sector turístico en su conjunto empiece a reflexionar sobre esa capacidad de carga de los destinos turísticos maduros y que muchos españoles empiecen a padecer una nueva enfermedad contagiosa llamada "turismofobia".

Y lo han conseguido. Este es otro de los aspectos circenses de nuestro turismo.

Lo que llevan tiempo señalando y demostrando, grandes investigadores del turismo como los profesores Torres, Vera, Figuerola o Pulido, no se le hace ni puñetero caso, pero lo que dicen 15 chalaos, afirmando 5 chalauras, pues sobre eso se ponen a debatir desde el Presidente del Gobierno, presidentes/as regionales, empresarios/as, … incluso Exceltur llega a pedir una reunión extraordinaria y urgente del Consejo Español de Turismo para reflexionar sobre “un modelo turístico más sostenible y que concite las mayores empatías ciudadanas”. ¿Ahora sí y antes no?.

Y sí, estoy de acuerdo, y lo manifiesto una vez más, hay que planificar de forma sostenible el futuro del sector turístico en los grandes destinos ... o podemos morir de éxito ante la masificación turística de determinadas zonas, que conlleve a un flujo turístico de bajo poder de gasto, y que conlleve una reacción negativa de la población local.

Creo que debemos convencernos de una vez, que el desarrollo turístico no es un objetivo por sí mismo, que es un instrumento para que mejore la calidad de vida de la población local, y si esas avalanchas turísticas dan como resultado un rechazo de la población local, pues se estará consiguiendo el efecto contrario que debería tener.

Por ello, y sin argumentos científicos, ni técnicos, ni sólidos, ni planificadores, … solo con chalauras, por favor, responsables políticos, empresariales y sociales, lleguemos ya al diseño de verdaderos planes de desarrollo turístico en nuestros destinos maduros, donde la capacidad de carga y la sostenibilidad sean los verdaderos pilares en que basar la estrategia de competitividad turística de los próximos años, que genere un empleo de calidad en un entorno de convivencia entre turistas y residentes. Fácil no es, lo sé, pero es absolutamente necesario.

De todas formas, si alguien no quiere a turistas en su región, que no se preocupe, que conozco a cientos de países y miles de destinos, que estarán muy contentos en recibirlos, … y que piensen en dónde van a emplear a esos cientos de miles de sus conciudadanos/as que trabajan actualmente en las actividades turísticas.

Otra opción sería pedirles a los señores/as turistas que nos enviaran el dinero de sus vacaciones por transferencia, pero que hicieran el favor de no venir, para no molestarnos.

Y que vivan las chalauras, parece que se le hacen más caso que al análisis riguroso de nuestra principal fuente de ingresos y empleos.

#SoyUnCrack


Todo se está haciendo virtual, desde comprar por internet cualquier gilipollez virtual, ponernos unas gafas de realidad virtual para estar en algún lugar maravilloso sin movernos del sillón del salón, hasta hacer como sin trabajáramos virtualmente sin dar ni golpe.

Digo esto porque estoy ya hasta las narices de ver a algunos que casi no dan golpe en sus empresas y organismos turísticos y parece que han inventado el duro trabajo de “sol a sol”.

Quien no use esto del Facebook, Twitter o LinkedIn, no sabrá de que le hablo, … pero quien lo use, aunque lo haga como yo, de vez en cuando, verá la cantidad de chalaos que solo quieren aparentar que están haciendo muchas cosas, … aunque en realidad no hagan nada.

Es ya usual que cuando llegamos a una reunión y nos sentamos, haya dos o tres que inmediatamente le pide a otro de los presentes, que le haga una foto en tan importante reunión. Pongamos un ejemplo, lo real y lo virtual.

Lo real. Llega nuestro amigo ficticio Manolo a una reunión sobre “como arreglar la loseta que está rota en la calle Buenavista”, se sienta, se saca el móvil, lo pone como cámara de fotos y le dice a su amigo JuanLu que le haga una foto. De buena a primeras, le dice que se esté quieto, ya que se da cuenta que no hay ni un papel en la mesa. Así que sacan unos papeles de un escritorio cercano, piden un boli prestado y haciendo como el que escribe notas estratégicas, se hace la foto.

Pero no, no es la foto, … es la primera foto. A continuación, le pide a JuanLu que le haga otra foto y JuanLu se la hace. Pero que no, que JuanLu no se entera, que se la haga desde otro ángulo. Mientras que el bueno de JuanLu se va hacia la otra esquina de la habitación, el cachondo de Manolo coge unos libros que había en una estantería cercana y sin importarle de lo que sea, se pone uno al lado y abre el otro y dice “ahora JuanLu, haz la foto ahora”, y el bueno del JuanLu se la hace.

Y acaba el circo turístico virtual, … pues no, de eso nada. Hay que hacer una última foto. Entonces, el cachondo de Manolo ve entrar a Pepe, que es el ayudante del asesor técnico del aparejador del pueblo y le dice “quédate ahí, Pepe, haz el favor”, y se levanta rápido, ante la atenta mirada de Rosa y Laura, que están sentada esperando que empiece la reunión, pero tan asombradas, que no pierden detalles de lo que allí sucede.

Decía que nuestro Manolo se va para Pepe y le ofrece la mano, a lo que el ayudante del asesor del aparejador municipal, es decir Pepe, que es un hombre muy educado le da la mano con cara de asombro ante tan cariñoso recibimiento. Pero …, pasa lo que pasa en estos momentos, que después de un apretón de manos, Pepe intenta soltarse, pero el fotográfico Manolo le aprieta la mano sin dejar que se la suelte.

Pepe no sale de su asombro, “¿qué le pasa a este tarao?”, piensa, mientras escucha al tarao casi gritar “JuanLu, vamos, joder, haznos de una puñetera vez la foto”. Y ahí va otra vez el bueno de JuanLu, casi corriendo a la otra punta de la sala para hacerle la foto a Manolo dándole la mano a Pepe en postura presidencial, antes de empezar la reunión de como cojones cambiar la loseta que está rota en calle Buenavista.

Y por fin, después de veinte minutos de poses, posturitas, escenarios, sonrisas, caras de cansados, … fotos, muchas fotos, … empieza la reunión.

Bueno, le dice Laura (que es la Jefa del Servicio, y todavía asombrada del espectáculo que acaba de vivir), a Manolo, “ve con Pepe a los Servicios Operativos y que de mi parte que cambien rápido la loseta, que no podemos seguir dando esta imagen”. Así que Pepe y Manolo, iros ya, por favor, que vamos a empezar a analizar la capacidad de carga turística de nuestro municipio para los próximos años.

Un minuto de indicaciones claras y a cambiar la loseta.

A esto, Manolo dice “vale voy, pero antes de irnos, por favor, JuanLu hazme una foto con Laura que …”. De eso nada, Manolo, le dice Laura, deja de hacer el gilipollas y quiero esa maldita loseta cambiada antes de una hora.

Y se van nuestros amigos de la reunión.

Y ahora lo virtual, lo que pone nuestro Manolo en sus redes sociales, es decir en el “feisbú, el tuite y el linkenlin”. Dentro de su tontura, Manolo lo escenifica como una obra teatral de tres actos, como si fuera un verdadero genio.

Primer acto virtual. Manolo, al salir, abre su feisbú, su tuite y su linkenlin, y dice “Aquí estoy, empezando una importantísima reunión sobre el futuro del turismo de nuestro municipio y con los principales agentes turísticos, desde la Alcaldesa hasta los presidentes empresariales”, insertándole su fotito en la que se le ve sentado con pose de modelo y con los papeles, el boli y una sonriente cara mirando a la cámara.

Segundo acto virtual. Manolo vuelve a abrir su feisbú, su tuite y su linkenlin a la hora (acuérdate que la reunión duró tres minutos para hablar del cambio de la baldosa) y escribe “he hecho algunas aportaciones por las que me han felicitado, estoy más que satisfecho por las políticas turísticas que he diseñado para nuestro municipio, todos están de acuerdo con lo que he dicho. #SoyUnCrack”, a la que añade la fotito con los libros de legislación ganadera que cogió de la estantería para hacerse la foto.

Tercer y último acto virtual. Manolo, a las tres horas, vuelve a abrir su feisbú, su tuite y su linkenlin y sin pudor vuelve a escribir “Ya hemos acabado, ha sido dura la reunión, pero menos mal que he venido, todas mis propuestas han sido aprobadas y todos me han felicitado. El futuro del turismo de Villa Mar está garantizado, #SoyUnCrack”, al que le añade la foto con la Pepe dándole la mano.

Pues como nuestro Manolo, hay miles de Manolos en el turismo andaluz (que no en Turismo Andaluz), que hacen los gilipollas de forma diaria y nos inundan nuestras redes sociales de fotos y comentarios, en los que dan grandes conferencias en la ONU (y en realidad están en un cursillo de la FPO de su barrio); que están en el Consejo de Administración de Marriott International; cuando está en la reunión de su asociación de vecinos; o que están visitando como especialista e invitado por el Alcalde, los recursos turísticos de un gran destino, cuando la foto la hizo el anterior sábado cuando fue a visitar esa ciudad con su mujer.

Así de gilipollas nos hemos vuelto, … bueno se han vuelto algunos.

Virgencita


Los milagros existen. Y no lo digo yo, lo dicen las estadísticas, o las estadísticas que hace el World Economic Forum, que no sé muy bien lo que es, pero que tiene un nombre muy importante.

Pues bien, desde hace 11 años, ese Foro Económico Mundial realiza un análisis en profundidad de la competitividad de 136 países de todo el mundo. Según su propia metodología, el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo mide el conjunto de factores y políticas que permiten el desarrollo sostenible del sector de los viajes y el turismo, lo que a su vez contribuye a medir el desarrollo y la competitividad de un país. De esta forma, el índice de competitividad de viajes y turismo permite a todos los interesados analizar de forma homogénea la competitividad de la actividad turística en sus economías nacionales.

Pues el milagro es que después de esos análisis conjuntos en esos 136 países, resulta que …, pues resulta que España vuelve a ser el “país más competitivo del mundo”. ¡Con dos cojones!.

Si bien es cierto que con otros indicadores podría ser Italia, Mozambique o Ecuador, lo que también es cierto que si estos señores y señoras, con ese nombre tan rimbombante, se gastan una pasta tremenda en hacer ese estudio a nivel mundial (dicen que los patrocinadores de ese informe han sido ACCOR, Air France, Amadeus, AirAsia, Al Nippon Airways, Embraer, Emirates, Etihad Airways, Gulfstream, HNA, Hilton Worldwide, Iberostar Group, Intercontinental Hotel Group, Jet Airways, Jumeirah, Marriott International, SAP/Concur, SpiceJet, Swiss/Deutsche Lufthansa y VISA, … ahí es nada) habrá que hacerles caso.

Por ello, suponemos que lo habrán hecho bien desde el principio. Y además, como nos interesa, pues llegamos a la conclusión de que lo han hecho de puta madre y que somos los mejores.

Acostumbrados a estar en la cola de muchos aspectos dentro de los países de la OCDE, esto de estar lo primero en algo es como un orgasmo de media hora. Algo que debemos de decirlo por todos sitios, algo de lo que debemos estar orgullosos, y orgullosas, y algo que debemos de saborear durante esa media hora, para posteriormente hacer todo lo posible para no bajar de ese lugar, de esa tan importante (a partir de ahora) organización, que seguimos sin saber lo que es, pero que tan bien nos cae a todos los que trabajamos en el sector turístico español.

Este magnífico, estupendo y maravilloso estudio (para una vez que alguien dice que somos los mejores), lo dividen en catorce bloques, de donde se afirma que:

· En el “Contexto de Negocios”, estamos en el lugar 75 de los 136 países analizados

· En “Seguridad”, en el 18

· En “Salud e higiene”, en el 24

· En “Recursos humanos y mercado laboral”, en el 34

· En “Tecnología”, en el 29

· En “Priorización del turismo”, en el 5

· En “Apertura Internacional”, en el 43

· En “Competitividad en Precios”, en el 98

· En “Desarrollo Sostenible”, en el 31

· En “Infraestructura de transporte aéreo”, en el 9

· En “Infraestructura terrestre y portuaria”, en el 15

· En “Servicios e Infraestructuras al turista”, en el 2

· En “Recursos Naturales”, en el 9

· En “Recursos culturales y viajes de negocios”, en el 2

Si bien es cierto que no seré yo quien discuta los resultados de ese mastodóntico estudio, … hay algunas cosas que parecen raras, raras, raras. Lo digo porque cuando alguno de los que nos dedicamos a hacer estudios y análisis turísticos en Andalucía presentamos uno, siempre hay alguno de vosotros que le ponéis alguna pega. Pues igual voy a hacer yo, aunque solo sea para ver lo que se siente.

Por ejemplo, elijamos uno de esos indicadores, el de “Recursos Culturales y viajes de negocios”. En ese indicador se señala que España está en el segundo lugar a nivel mundial. Pensaréis es lógico, después de Grecia o Italia. Pues no, os equivocáis, según esos resultados, Italia está en el quinto lugar y Grecia en el vigésimo séptimo. Además, me gustaría hablar con el iluminado, que unió indicadores de “Recursos Culturales” con los de “Viajes de Negocios” y que me diga que tiene que ver uno con lo otro.

Pero una vez ya satisfecho y sintiendo el placer de criticar algo de un estudio, que tengo que reconocer que es una sensación agradable, al igual que hacéis vosotros conmigo y que ahora os entiendo, seguimos con lo que estábamos.

Y la reflexión global puede ser “Virgencita, que nos quedemos como estamos” o que “somos el tuerto en el país de los ciegos”.

Mira que tenemos problemas, la alta estacionalidad, la necesidad de la mejora de los recursos humanos, la existencia de una política turística homogénea y no 17 distintas, la amplísima oferta ilegal, la descoordinación pública-privada, la saturación de determinados destinos, la necesidad de captar nuevos mercados, … y podríamos seguir.

Pues a pesar de todo ello, milagro, se nos apareció la Virgen y nos dicen que somos el número uno en turirmo. Y debemos aprovecharlo. Debemos aprovechar a estos del World Economic Forum y su informe sobre Travel and Tourism Competitiveness y que nos sirva de elemento de marketing turístico a nivel internacional.

Debemos utilizarlo, comunicando por todos sitios que somos el país de mayor calidad y competitividad turística, que somos el destino más completo, muy por delante de nuestra competencia, y que esos turistas de medio-alto poder de gasto, serán unos privilegiados viniendo a cualquiera de los cientos de excelentes destinos turísticos que tiene España.

Para algo bueno que nos pasa a nivel internacional, deberíamos utilizarlo.

Ah, y a propósito, enhorabuena por el porcentaje, aunque sea pequeñito, pequeñito, que os toca en este reconocimiento internacional.


Nota: Si quieres verlo con tus propios ojos porque no te crees nada de lo que has leído anteriormente, entra aquí https://www.weforum.org/reports/the-travel-tourism-competitiveness-report-2017

Lo conocido y el misterio


… lo conocido.

Lo conocido: España es el tercer país receptor de turistas internacionales del mundo, con unos 70 millones de visitantes, por detrás de Francia y Estado Unidos.

Lo conocido: España es el tercer país receptor de ingresos por turismo internacional del mundo, con unos 65 mil millones de dólares, por detrás de Estado Unidos y China.

Lo conocido: España vive del turismo, es el verdadero motor del crecimiento de los otros sectores económicos y del empleo.

Lo conocido: en España se encuentra la sede de la Organización Mundial del Turismo, máximo órgano turístico a nivel mundial y único organismo de las Naciones Unidas, con sede en nuestro país.

Lo conocido: nunca un español o española, fue Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), en sus más de 40 años de existencia.

Lo conocido: en el mes de mayo se celebrará en Madrid el Consejo Ejecutivo de la OMT para elegir al próximo Secretario/a General para el periodo 2018-2021.

Lo conocido: se han presentado siete candidaturas para ese importante puesto, quizás el más importante, dentro de la actividad turística mundial.

Lo conocido: ese Secretario/a General, podrá decidir las políticas a desarrollar, los programas pilotos a implantar, los territorios a potenciar, los segmentos a fomentar, los congresos a celebrar, los destinos a premiar, etc.

Lo conocido: de las siete candidaturas, ninguna la propone el gobierno español, siendo evidente que en España tenemos los mejores profesionales y gestores públicos a nivel internacional.

… y el misterio.

El misterio: ¿por qué cojones ha pasado esto?

El misterio: ¿por qué el Gobierno español no ha impulsado una candidatura?

El misterio: ¿por qué al Gobierno español le da igual lo que pase en el sector turístico?

El misterio: ¿tiene algún interés el Ministerio de Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital (vaya nombrecito raro que le pusieron), por el sector que mejor aguanta las crisis económicas y que antes potencia su crecimiento?

El misterio: o mejor todavía ¿sabe alguno de mis nueve lectores quien es el Ministro de Turismo del Gobierno español?

El misterio: ¿sabe ese Ministro o Ministra qué es la Organización Mundial del Turismo y la potencialidad que tiene para un país poder presidirla?

Dejemos lo conocido y los misterios, y vayamos al grano del asunto, que para mí es muy importante …, aunque para otros parece claro que no merece la pena ni preocuparse.

Resulta que hace unos días se cerró el plazo para presentar las candidaturas a Secretario/a General de la OMT, y según nos enteramos por su propia web, las candidaturas recibidas y que se han presentado debidamente acompañadas de la documentación requerida (carta del candidato, curriculum vitae y declaración de intención política y de gestión), con la carta de apoyo del Gobierno del país que respalde al candidato, son las siguientes:
  • Armenia: Sr. Vahan Martirosyan, presentada con el apoyo del Gobierno de Armenia
  • Brasil: Sr. Márcio Favilla, presentada con el apoyo del Gobierno de Brasil.
  • Colombia: Sr. Jaime Alberto Cabal Sanclemente, presentada con el apoyo del Gobierno de Colombia.
  • Georgia: Sr. Zurab Pololikashvili, presentada con el apoyo del Gobierno de Georgia.
  • República de Corea: Sra. Young-shim Dho, presentada con el apoyo del Gobierno de la República de Corea.
  • Seychelles: Sr. Alain St. Ange, presentada con el apoyo del Gobierno de Seychelles.
  • Zimbabwe: Sr. Walter Mzembi, presentada con el apoyo del Gobierno de Zimbabwe.

Ni que decir tiene que cada una de esas siete personas tienen todo mi respeto y admiración, … aunque no tenga ni idea de quienes son.

Lo que sí sabemos, es que a Armenia han llegado en 2015 uno 680.000 turistas (seguramente la mitad que a Ronda), que a las Islas Seychelles han llegado unos 276.000 turistas (como a algunos de nuestros complejos hoteleros), a Zimbabwe unos dos millones, a Colombia unos tres millones, a Georgia, unos 2,2 millones, a Brasil, unos 6,3 millones y a Corea (la del Sur, claro, de la del Norte no sabemos ni si hay hoteles) unos 13,2 millones.

Y como ya habréis sumado, entre esos siete países suman unos 28 millones de turistas internacionales, que no llega ni a la mitad de los recibidos por España.

Insisto, no creo que tenga que recaer un puesto de esas características en un representante de uno de los países más desarrollados en la materia correspondiente, no. Pero estoy convencido que España se merece haber tenido un o una Secretaria General en los más de cuarenta años de existencia de la Organización Mundial del Turismo. Eso parece claro.

En definitiva, que España vuelve a no aprovechar la ocasión y no propone a nadie.

Quizás diréis, pero Rafa ¿qué tiene que ver el gobierno, si son las personas las que se “proponen”?. Pero, no, no es así. Quien propone es el gobierno y no se “autoproponen” los candidatos. Así de clarito lo dice el “Procedimiento y calendario de elección de Secretario General”, que en sus normas de elección señala claramente que las candidaturas se someten oficialmente al Consejo de la OMT por los “gobiernos de los países de los cuales sean los candidatos y candidatas”.

Y lo que me parece una auténtica barbaridad, una incapacidad y una falta de visión estratégica, … como para pegarle un coscorrón al irresponsable de turno, es que el gobierno español no haya impulsado ninguna candidatura al más importante puesto a nivel mundial. Oigan, proponga a un españolito o españolita con méritos turísticos reconocidos a nivel internacional (que hay unos cientos), y si no es elegido, no pasa nada, pero por lo menos, debemos proponerlo. Los demás países con peso turístico y pertenecientes a la OMT han tenido su “cuota de poder” en los órganos decisorios. España, que recuerde y mejor olvidarlo, incentivó la candidatura de asesora al Secretario General, que es un puesto puramente técnico, a la experta turística … Ana Botella (sin comentarios y sin descojonarse de risa)

En definitiva, que no hay más mosqueo que me pueda dar, que la inactividad, la pasividad, el pasotismo … y sobre todo si es en algo tan importante, como el sector estratégico de nuestro país. Qué mínimo que presentar a alguien, hacer lobby para su elección, poner al turismo español en el lugar Institucional que se merece.

El desánimo absoluto es cuando te das cuenta que ni se intenta. Y ya hay demasiadas cosas que ni se intentan.

Que vienen los simpa ¡¡



Así es, se propagan los que no quieren pagar. Bueno, entendamos una cosa, ninguno queremos pagar, pero pagamos. A lo máximo que podemos llegar es a disimular que no hemos visto en la cuenta ese Gin Tonic, que nos hemos tomado, y se le ha olvidado apuntar al camarero.

A lo que me estoy refiriendo es a aquellos que no quieren pagar, y no pagan porque no le sale de los cojones.

Son múltiples los ejemplos de estos cientos de caraduras (hijos de ..., mala madre). Desde algunos muy refinados, hasta otros que te tronchas de la risa de lo rudimentarios que son.

Pero no es broma, ya hay destinos turísticos que cuantifican en millones de euros las pérdidas generadas por estos cabrones, que quieren hacer el agosto, a costa de quienes hacen el agosto. La diferencia es que unos lo hacen ilegalmente y otros legalmente y a base de esfuerzo y trabajo.

Hay “simpas simples” y “negocios de simpas”. Los primeros lo toleramos, lo que no es tolerable es lo que ya se está produciendo en Benidorm, según el artículo de Alfredo Pascual en el Confidencial, que me pasó Pepe Prado, y que tengo que confesar que no sabía de su existencia (no la de Pepe, sino lo que cuenta Alfredo).

Entre los primeros, es decir, los de toda la vida de pícaros profesionales, podemos recordar:
  • Los que se van del establecimiento diciendo que van a fumar un cigarrillo fuera, … y tan fuera, que sales a los tres minutos a ver por dónde están, y no te encuentras ni la colilla.
  • Los que se traen un par de cucarachas desde casa (los cabrones tienen un criadero) y las sueltan en la habitación, llamando a recepción, liando una pajarraca tremenda, y no te queda más remedio que invitarlos a la semana que habían reservado en el hotel.
  • Los que son capaces de echar, literalmente, pelos a la paella para que le salga gratis la comida.
  • O los más novedosos, que te dicen que la habitación o la comida ha estado muy mal, y que te van a poner un “cero” en Booking y Tripadvisor, (que es como “mentar a la bicha”), por lo que negocias cobrarles menos y que no te pongan comentario alguno.


Podríamos seguir, pero tenemos poco espacio.

Lo que no es pasable, es inadmisible, es lo que está pasando a otros niveles. Esos que quieren hacer sangre con el negocio de otros. Entre esos pícaros innovadores, verdaderos ingenieros del engaño, en fino, o verdaderos hijos de puta, en andaluz, están los siguientes:

  • Los "simpa, sinónimo de sinvergüenzas", que quieren hacer negocio en base a no pisar el hotel.  Hacen una "falsa reserva", por ejemplo, ocho habitaciones para un fin de semana, y te pide que cargues el importe total a su tarjeta. Una vez realizado el cobro, anulan la reserva y piden que la devolución del dinero se efectúe en otra cuenta distinta.  Si picas, te ha engañado, un tiempo después te informan que la primera tarjeta era robada y tienes que devolver el dinero cobrado en la reserva.  Claro, el dinero se lo has devuelto y lo que tú tienes es una cuenta sin fondos.
  • Hace poco en Barcelona un matrimonio fue acusado de estafar más de 31.000 euros en distintos hoteles de lujo.  Eran ladrones profesionales que tenían como "explicación" para tal desfalco, que les habían robado.  La caradura no tiene límites.
  • Otro perla, se alojaba en hoteles de lujo como si fuera un "marajá" consumiendo todo tipo de artículos de lujo (que no pagaba, claro, pidiendo que se lo añadieran a la cuenta).  Dejó de pagar más de 20.000 euros.  El granuja lo que hacía era, y atiende porque te puede pasar a ti, reservar a través de webs aportando una tarjeta ... sin fondos, y como consumía como si fuera Amancio Ortega, se gastó esos miles de euros, hasta que un recepcionista avispado lo descubrió y acabó esa noche en vez de en la junior suite, en el camastro del calabozo.
Pero lo que ya no es de recibo, es la nueva "moda de estafar al sector turístico"
  • En la ley de protección del consumidor de Reino Unido, se señala la capacidad de denunciar un servicio hasta tres años después de haberlo utilizado.  Os imagináis un anuncio en el metro de Londres, Manchester o Birmingham, donde puedas leer "¿Unas malas vacaciones? Llámenos, conseguiremos su dinero de vuelta", … pues existe.  Si el Sr. Smith reclama en representación de un turista a cambio de un porcentaje sobre el éxito de la reclamación. En este caso, este Sr Smith o el grupo de abogados se pone en contacto con el turoperador ... y ya te imaginas quien paga al final.  Según señala Alfredo Pascual, su estrategia, se ha “asalvajado” en los últimos meses: peinan las redes sociales en busca de ingleses que hayan subido una foto de sus vacaciones y les envían mensajes privados. Les prometen que sus vacaciones van a salirles gratis. Los turistas no pagan nada, tan solo firman lo que el abogado les da y esperan a ver qué sucede. En el mejor escenario les devuelven su dinero, en el peor se quedan como están". 
  • Otro hecho inadmisible, y aterrador, es que se ha hecho habitual ver por calles de Benidorm (todavía no en las costas andaluzas), unas llamativas furgonetas que incitan a denunciar -"Claim today, ask for details".  Actúan presentando a los británicos un formulario estándar que informan una supuesta enfermedad (normalmente gastroenteritis) y su consecuente indemnización. A pesar de que la estancia media de los británicos en Benidorm es de 800-1.000 libras, siempre se demanda por valor de 6.000 que se destinan a las minutas legales.

Algunas veces se coge al cabroncete, cabrón o cabronazo, (según el grado de engaño), y puede acabar en la cárcel, … pero la inmensa mayoría de las veces, o hacemos la vista gorda o nos engañan.

Me gustaría acabar esta reflexión en lo que nos dicen los informes de diferentes destinos turísticos y es que los turistas son más "exigentes y reclaman más”. Al carajo las conclusiones de esos informes, lo que yo entiendo es que demasiados tienen una jeta que se la pisan y saben que a base de denunciar, pueden encontrarse con un up grade, con una cena gratis, con una noche adicional gratis o con la súplica del director de que no volverá a pasar … y que los invita a una mariscada.

Algunos amigos turísticos que han sufrido esas reclamaciones dicen que se propaga como el sarampión año a año, y que este verano volverán ejércitos de caraduras pidiendo "lo que sea, y con cualquier excusa".

Si pasamos a cuantificar esos "graciosos y escandalosos engaños", estamos hablando que esa gentuza está generando unas pérdidas adicionales en hoteles y restaurantes de diez o veinte millones de euros.

Mucho dinero, demasiado dinero. Muchos pícaros, demasiados cabrones.

domingo, 12 de febrero de 2017

Ryanair, el éxito de fastidiarte


Hay cosas que son difíciles de entender y aún más de explicar en el sector turístico. Podríamos poner decenas de ejemplos, pero hay uno que a mí me deja alucinado, y es como Ryanair puede ser la primera aerolínea de Europa por tráfico. Así es, ha cerrado 2016 con unos 117 millones de pasajeros, creciendo un 15 %.

Es decir, te fastidian desde el minuto uno hasta el noventa (o noventa y tres si hay prórroga), y encima la clientela la premiamos usando cada vez más sus servicios.

Solo hay una explicación, definitivamente, somos masoquistas.

Seguidme en un viaje por lo que puede ser una experiencia única (pero en negativo) de usar uno de sus trayectos. Y no es porque me haya pasado a mí, que me ha pasado, es porque en cualquier conversación siempre se escucha lo mismo. Empecemos.

Primero, “te lo tienes que hacer todo”, casi tienes que pilotar el avión. Te tienes que sacar la reserva, tienes que estar atento para sacar la tarjeta de embarque para que no te penalicen con 50 euros por si no la llevas impresa, tienes que pagar adicionalmente por la maleta que factures, tienes que sacarte el asiento en el que quieres viajar (también bajo pago, claro), tienes que limpiarte el asiento, … incluso le tienes que dar tú los buenos días a los auxiliares de vuelo.

Segundo, “viva la incomodidad”. Bueno, ya llegas al aeropuerto con tus papelitos en la mano, y si un aeropuerto ya es incómodo de narices, volar con Ryanair es la matrícula de honor a la incomodidad. Después de que te jodan manifiestamente dejándote casi desnudo en el control de policía, con los zapatos en las manos, el abrigo bajo el brazo y el cinturón en los dientes, te diriges a la puerta de embarque de Ryanair, ¿y dónde está?, pues obvio, en la última puerta del último rincón del maldito aeropuerto. ¿Y qué crees que vas a tener un finger para entrar al avión?, jajaja, ni te lo crees. Ahora baja la escalera, espera la cola, móntate en un autobús que tarda diez minutos en salir, aguanta veintiséis achuchones, recorre quince kilómetros en el autobús y, por fin, llegas al avión. Ahora es cuando sales del autobús y por una minúscula escalerita llegas al avión, ya casi exhausto.

Tercero, “la simpatía no existe”. Será cierto que no descansan, será cierto que llevan diez horas volando, será cierto que ganan poco, será cierto que tienen un contrato de quince días, será cierto que están hasta los huevos, … pero lo que también es cierto es que te regañan a la más mínima. Tienes que estar sentadito y calladito, de lo contrario, regaño al canto.

Cuarto, “te haces contorsionista”. Piensas, ¿estoy más gordo y más alto?. ¿Más alto?. Puedes estar más gordo, pero a los cincuenta ya no creces, … más bien al contrario. Al final ni estás más gordo, ni más alto. Es que hay un cabrón, que ha ideado que quitando dos centímetros de ancho al asiento y tres de espacio con el de adelante, caben cuatro pasajeros más en el avión, … y a joderte de nuevo, empiezas a doblar las piernas como puedes, encojes la barriga y metes los hombros para adentro aguantas la respiración, … de todas formas, solo son tres horas y media, piensas ya bastante cabreado.

Quinto, “empieza la feria”. La verdad es que parece una película de Almodóvar lo que sucede dentro del avión. Si no nos descojonamos o nos vamos a manifestarnos a Dublín, es porque nos tragamos todo lo que nos echen. Digo que empieza el espectáculo, y lo voy a intentar relatarlo de forma resumida:
  • Estás cansado y lo que quieres es descansar esas tres horas de vuelo, aunque sea hecho un ocho, hasta llegar a tu destino.
  • Despega el avión y al momento está la azafata (o azafato), ofreciéndote una bebida fría o caliente, … pero como en las ferias de nuestros pueblos andaluces, gritando la mercancía en perfecto alemán, … si vas a Alemania, claro.
  • A los cinco minutos, cuando estás leyendo el periódico, que previamente has doblado en seis trozos para que te quepa en el minúsculo espacio que te ha tocado, llega la misma azafata, ofreciéndote unos “bocadillos calientes recién hechos”, … aunque siempre se le acaba de terminar el que hayas pedido y al final te tomas el único que tienen, a un precio por las nubes, … nunca mejor dicho.
  • Seis minutos y medio … y ves que viene otra vez hacia ti, la azafata que ahora va gritando que recoge los envases de las tres únicas personas que han pedido algo, de las más de doscientas que vamos en el avión. Pero ese sueño que empezabas a tener, te lo manda al carajo.
  • Cuatro minutos y veinte segundos después, “Tin, Ton, … dentro de unos minutos pasarán nuestro equipo de a bordo para venderles …”, ya no sigues escuchando, ya piensas que te será imposible dormir nada, … pero lo intentas.
  • Y era cierto, después de cinco minutos en silencio, aunque sigas encogido, sigues pensando en dormir algo … cuando pasa lo inevitable. Ves llegar el carrito, detrás la azafata y, “coño ¿qué venderá ahora?, piensas”, … aunque todavía está a diez metros de ti, la escuchas perfectamente vocear algo así como “perfumes, tabaco, collares, artículos electrónicos, …”. No te lo puedes creer, pero te lo crees. Miras atentamente y compruebas como nadie de tu alrededor compra nada, pero todos están ya cabreados.
  • Ya parece que te llega la paz y el sosiego. Después de haberte cambiado unas treinta y dos veces de mini postura, parece que vas, por fin, a descansar. Por los cojones. “Tin, Ton” y escuchas algo que piensas que no puede ser, que estás equivocado, que estabas dormido, que no, que no puede ser. Pero si es. Te invitan a jugar a una especie de lotería, pagando claro. Ya te descojonas en tu mini sitio de la risa, te parece todo hasta simpático, te entra el síndrome de Estocolmo, y aunque no juegues, le dices a tu ya amiga azafata, “deme uno”. Intentas sacar la cartera como puedes, cosa que no es fácil sin darle codazos a tus compañeros de asientos, pagas y con felicidad rascas tu lotería.
  • Ya no quieres dormir, quieres que siga la fiesta. Y sigue. Vuelven a pasar, ahora otra vez con el “café, té, agua, cerveza, refrescos, …”, y otra vez tus pensamientos se vuelven a cuando eras joven y escuchabas vocear esas mismas palabras en la feria de tu pueblo. Y le das las gracias a Ryanair por hacer que te vuelvan esos recuerdos.
  • Ya no tienes sueño, quieres que eso sigua. Y sigue. La ves venir de nuevo, estás intranquilo, ¿qué me venderá ahora?, ¿a qué jugaremos ahora?, … pero no, te equivocaste. Esta vez lo que dicen es que si quieres una bolsita para meter dentro la lata de Coca Cola y el cartoncito de la lotería, … que como esperabas no te ha tocado ni la devuelta.
  • Diez minutos tranquilo, estás triste, hasta que oyes “Tin, Ton”, te alegras, ¿cómo seguirá esto?. Y dice la voz a veinte decibelios “Pasamos por zona de turbulencias, por favor, …”, y piensas que por qué razón siempre tiene que pasar el avión por zonas de turbulencias, que en tu vida has hecho un vuelo que no haya pasado por esa zona, que no sabes lo que es, pero que siempre te toca.
  • Ya está, quedan diez minutos para llegar, voy a descansar.
  • ¡¡Iluso !!.¡¡ Os lo juro !!, vuelven a pasar por tercera vez vendiéndote más café, más té o más cervezas, … y piensas que Pepe el del Bar La Esquina que tanto frecuentas, tiene que aprender mucho de estos de Ryanair.
Sexto, “acuérdate del segundo”. Escalerita, autobús, achuchones, más escaleritas, codazos para coger la maleta de la mini cinta, … te acuerdas de la familia de algunos, y por fin, sales del aeropuerto.

Séptimo, “¿dónde coño estoy?”. Has llegado a tu destino, pero si ibas a Varsovia, o a Berlín, o a París, o a Londres, … ¿por qué estás en este aeropuerto tan pequeñito que no te suena de nada y a sesenta kilómetros de la Ciudad?. Joder, te das cuenta, debería de haber leído el aeropuerto al que me llevaban, y vuelves a pensar, que te has vuelto a equivocar y que tienes que gastarte sesenta euros en taxi.

Octavo, “lo juras por tu madre”. Ya no vuelvo a viajar con Ryanair, … aunque a los dos meses se te olvida, tienes que hacer un viaje a Holanda, y … vuelves a pecar, y vuelves a pasar todo ese calvario.

Pues muy bien, a pesar de todo esto, que posiblemente coincides conmigo de que es cierto, Ryanair es la primera aerolínea europea, … y si me guardan el secreto … yo también soy masoquista y vuelo a menudo en ella.


martes, 7 de febrero de 2017

Hoy es 7 de febrero

Lo escribí hace un año, y quiero recordarlo todos los 7 de febreros.


Hoy es domingo, pero un domingo muy raro. Todo a mi alrededor está alterado, todo son carreras, voces, vecinos buscando a sus hijos, familias cargadas de bultos, saliendo, huyendo de sus casas.

Yo quería ir a buscar a Juanito y a Paco para jugar, como todos los domingos, pero mi mamá no me ha dejado. Llevamos unos meses muy mal, desde que mi papá se fue a defender a la República y la Democracia, como dice mi mamá, todo ha cambiado. Ya no somos felices, ya no estamos tranquilos, ya no hablamos con casi nadie, ya casi no voy al cole, ya no me deja salir de casa, …, y hasta pasamos hambre.

Hoy es domingo, 7 de febrero de 1937, y aunque solo tenga cinco años, veo que va a pasar algo, no es normal todo lo que está sucediendo. Veo un continuo trajín de mujeres entrando y saliendo, veo a mi madre como llora al mirarme. Hoy es un simple 7 de febrero, pero parece que es el último día de la humanidad.

Se abrió la puerta y entra mi tío Antonio, le dice a mi mamá que lo acompañe a la cocina. Cierran la puerta, pero me voy a escuchar lo que dicen. Tengo frío, estoy asustado, ¿qué está pasando?.

Mi tío dice, escucha Enriqueta, mañana llegarán a Málaga unos 25.000 soldados fascistas, son alemanes, italianos, moros y los nacionales. El general Queipo de Llano ha dicho que arrasarán Málaga, que violarán a las mujeres y que matarán a los hombres que hayan tenido algo que ver con la República. Tienes que irte, por aquí todos saben que tu marido es socialista e irán a por tí. Coge a Rafalito y vete, vete ya, por la carretera de Almería, no cojas nada, sólo al niño, y vete. ¿Me has escuchado?, vete ya, le dijo, gritando esto último.

Yo empecé a llorar, salieron y me vieron acurrucado al lado de la puerta, llorando y sin entender nada, pero con una sensación de que se acababa el mundo, y no sabía la razón, de toda aquella sin razón.

Mi tío Antonio se despidió, le dijo a mi mamá que se iba a esconder en un cortijo de Alhaurín, volvió a insistir en que nos fuéramos ya, y él se fue, literalmente, corriendo.

Vámonos, me dijo mi mamá. Hijo mío, nos tenemos que ir, me volvió a decir, acariciándome el pelo. Coge los zapatos y el chaquetón, y nos vamos.

Pero, ¿a dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?, …, le preguntaba a mi mamá, sin tener ninguna respuesta, ya que ella estaba cogiendo una sábana, metiendo cosas dentro y haciendo una especie de saco con ella.

Rafalito, ¿me has escuchado?, que nos vamos ya, haz lo que te he dicho. Yo estaba paralizado, no podía moverme, tenía solo cinco años pero me daba la sensación que a partir de ese día nunca nada sería igual. Me sobrepuse como pude, e hice lo que me dijo mi mamá, cogí los zapatos y me puse el abrigo.

A continuación me dijo que me quedara allí quieto, sin moverme de la silla y salió al patio. Escuché como se abrazaba y lloraba con la Paca, con Carmen, con Isabel, …, llorando volvió a la casa, me agarró de la mano, tiró de mi con fuerza, y llorando, ahora los dos, nos fuimos de nuestra casa, sin mirar hacia atrás y sin saber si alguna vez volveríamos a verla, o incluso, si volveríamos a ver amanecer un nuevo día.

A partir de ahí viví, la semana más trágica que se pueda vivir, la semana que nunca olvidaré, aunque tuviera quinientos años, la que me hizo hacerme adulto sin pasar por la niñez, la que he recordado cada una de las noches de mi vida, y que estoy seguro que recordaré, en las que me quede por vivir.

Fueron siete días de horror, de espanto, de pánico, de sangre, de violencia, de muerte, de desgarros familiares, de un lloro continuo que hacía imposible escuchar cualquier otra cosa que no fueran gritos o bombas. Bombas de aviones, bombas de barcos, sonido de ráfagas de disparos hacia nosotros.

Nunca, nada ni nadie, podrá imaginar algo más espantoso que ver como matan a miles de mujeres que huían corriendo y desesperadas, cubriendo con sus cuerpos a sus hijos y ancianos padres.

Así fue, así pasó, así lo sigo viviendo todos los días en mi cabeza. Machaconamente, repetitivamente.

Salimos corriendo para el centro de Málaga, nosotros vivíamos en lo que ahora es Dos Hermanas. Yo pensé que íbamos al centro, a casa de mi tío Federico, pero me equivoqué, no pasamos por el centro, nos dirigimos por el puerto, camino a algún lugar que yo no conocía, que nunca pasé por allí, …, pero no estábamos solos, no.  Aquello, efectivamente, era una auténtica "desbandá".

Aquella situación era dantesca, decenas de miles de personas nos agolpábamos por esas pequeñas calles, casi corriendo, y casi todos teníamos la misma fisonomía. Mujeres cogiendo a sus hijos de las manos, con sus ancianos padres y madres al lado y llevando, casi con los dientes, algunas pertenencias que se negaban a dejar olvidadas.

Decenas de miles de niños que no sabíamos la razón de aquello, que solo íbamos corriendo por una carretera que no sabíamos a donde nos llevaba, en un estado de dolor, de rabia, acompañado del lloro de los mayores.

Una carretera que no sabíamos a dónde conducía, maldita carretera de Almería.

Maldita carretera en la que vi, con mis cinco años, morir a cientos de personas, mujeres jóvenes, niños pequeños, dulces ancianos. Vi desangrarse a un niño, mientras mi mamá intentaba socorrerlo, vi muchos trozos de cuerpos humanos dispersos por esa maldita carretera.

Sentí lo que es el infierno. Quise morir, quería pararme y que aquello terminara de una vez, pero no podía dejar sola a mi mamá.

En esos días se regó de sangre la carretera de Almería.

Columnas italianas, aviación alemana, buques de guerra nacionalistas. Fascistas europeos unidos para masacrar, literalmente, a miles de indefensos malagueños que huíamos sin nada, con el único objetivo de salvar lo poco de vida que nos quedaba.

Nos bombardeaban desde el cielo, nos bombardeaban desde el mar. Las bombas caían cerca nuestra, pero afortunadamente, ni a mi mamá ni a mí nos alcanzaron. Pero desgraciadamente vimos como alcanzaron, hirieron, desangraron, destrozaron, rompieron, …, mataron, a miles de personas, que lo único que hacían era, al igual que nosotros, huir de esa barbarie.

Ha sido lo peor que yo he vivido, y sigo viviendo, ha sido lo peor que ha pasado en la atroz Guerra Civil española, …, quizás ha sido lo peor que puede vivir un niño, ..., una persona.

Todavía cierro los ojos y veo aquellas escenas. Aquellas escenas que se repetían día a día, y que solo nos dejaba descansar un rato en las frías, heladas, noches a la intemperie, de aquel febrero de hace 77 años.

Escenas que se componían de un ritual muy simple, intentar matar a los malagueños que huíamos por la carretera de Almería. Matarnos con bombas, con bombas que provenían de barcos y de aviones. Todo un despliegue fascista para matar a pobres indefensos que corríamos sin mirar hacia atrás, sin disponer de un solo tirachinas con el que poder defendernos de esos barcos de guerra y aviones que nos ametrallaban desde el cielo.

Nosotros llegamos a Almería, y después a Barcelona, y salvamos la vida, pero lo que nunca podremos es dejar de pensar en lo que vivimos, y lo que nunca, nunca, nunca quiero es que olvidemos a los miles de malagueños que fueron exterminados en esa puñetera carretera.

Que la memoria prevalezca, y recordemos siempre a las decenas de miles de malagueños y malagueñas que tuvieron que huir de la barbarie fascista por la Carretera de Almería, la gran mayoría de ellos, por el simple hecho de defender la legitimidad democrática, la república y los valores de izquierdas.

Que la memoria prevalezca, pero también, que algún día cercano se haga justicia.

Por ellos, siempre, siempre, mi más sincera admiración, homenaje, reconocimiento y declaración de que siempre, siempre, los tendremos entre nosotros y los recordaremos como héroes.


Esto solo ha querido ser unas líneas de homenaje en el día de hoy, 7 de febrero, a mi padre, Rafael Fuentes Aragón, y a mi abuela, Enriqueta Aragón Benítez, recordando lo que tuvieron que pasar, cuando siendo demasiado niño mi padre, y demasiado joven mi abuela, tuvieron que huir por ese infierno de la Carretera de Almería. Y a mi abuelo, al que nunca lo conocí, porque lo mataron defendiendo la LIBERTAD, la DEMOCRACIA y la REPUBLICA.

viernes, 13 de enero de 2017

Otra vez


Parecía que era imposible volver a hacer de la legislación turística en España una auténtica locura, ... pero lo hemos vuelto a conseguir.

Somos unos campeones a la hora de complicarnos la vida.

Recordemos cual es la situación de la normativa hotelera en España. Bueno, primero habrá que recordar que no existe una normativa hotelera en España, ... que existen diecisiete (sí, 17), cada una con todas sus "cositas" y esas "cositas" son diferentes de una región a otra.

Podemos encontrarnos con un hotel andaluz de 3 estrellas, por ejemplo localizado en el Valle de los Pedroches cordobés, que en Extremadura (a diez kilómetros) podría tener 4 estrellas y en Castilla la Mancha (que está a unos 20 kilómetros), podría tener 2 estrellas. Diréis que esto no puede ser y que es mentira. Pues no, esto podría suceder, aunque es cierto que lo he exagerado un poco.

Pero es que debemos recordar que cuando nosotros tenemos esas 17 normativas diferentes, otros países se unen para que solo exista una única legislación hotelera para todos ellos. Ese es el caso de Hotelstars Union, que se creó en 2009 con el objetivo de tener un único régimen de ordenación hotelera para Alemania, Suiza, Holanda, Austria, la República Checa, Suecia y Hungría. Actualmente presenta una oferta de 300.000 hoteles de 15 estados europeos, ... y claro está, entre ellos no se encuentra España. Hasta ahí podríamos llegar ¡¡.

Pero si creéis que lo de la normativa hotelera es un despropósito en nuestro país, os prometo que en la de los alojamientos rurales existen más de 40 denominaciones y normativas por cada uno de ellos. Es un magnífico ejemplo para explicar en las Universidades de todo el mundo de ... como "no hacer las cosas".

Pero si creéis que este cúmulo de despropósitos era lo máximo que nos podía pasar, ... que equivocados estáis.

Ha vuelto a suceder, está volviendo a suceder, y volverá a suceder.

Resulta que como bien sabéis, hay una tipología de alojamiento relativamente nueva y que en los últimos dos o tres años está creciendo de forma exponencial, que es lo que conocemos como viviendas con fines turísticos, o viviendas vacacionales, o alojamiento turístico extrahotelero, o viviendas de uso turístico, o apartamentos turísticos, etc. Lo mismo, pero con distinto nombre según la región.

Y yo no puedo entender las "diferencias particulares" de las viviendas con fines turísticos de Extremadura, con respecto a las de Canarias, o Castilla León, o las de la Comunidad de Madrid o a las de Andalucía ... Entonces, si no existen diferencias entre alquilar un piso a turistas en una región y alquilar otro piso a otros turistas en otra región, entonces ¿por qué las normativas tienen que ser distintas?.

No puedo entender las diferencias normativas para el alquiler de un piso en el que se alojen turistas, porque un piso, es un piso, aquí y en Pekín. No puedo entender que en Asturias tengan que poner una mesita con un mantel de crochet, en la Comunidad Valenciana unas naranjas en un frutero y en Andalucía una gitana encima de la tele. Si bien esto es un poco de cachondeo, sí que es cierto según las distintas legislaciones que en Madrid el tiempo máximo de estancia en una viviendas con fines turísticos es de tres meses, en Andalucía es de dos meses, en Aragón es de un mes, y en Valencia no tiene límite.

¿Alguien lo entiende?

No puedo entender que en Baleares se exija que la vivienda con fines turísticos sea en una vivienda unifamiliar, en Asturias que no sean pisos "en un edificio sometido al régimen de propiedad horizontal", ... con dos cojones. En Andalucía se permite el alquiler de habitaciones y en el País Vasco, por ejemplo, se acepta el "bed & breakfast".

¿Alguien lo entiende?

No puede entender que solo en la Comunidad Valenciana se obligue a constituir una empresa gestora si el propietario tiene más de cuatro viviendas, o que en menos de la mitad se tenga que ofrecer un número de atención telefónica, o que solo en una (Cataluña)se aplique una tasa sobre el uso turístico de esas viviendas (y además de distintas cantidades, de 0,45 € a 0,65 €, sobre algo que no me he enterado bien).

¿Alguien lo entiende?

Podría seguir planteando otros ejemplos de distintas formas de ver una misma realidad, podría hablaros de distintos metros cuadrados, de distintos papelitos que tienen que estar en la vivienda, de distintas autorizaciones que tienen que pedir, o de distintos cartelitos que deben situarse en distintos lugares.

Otra vez hemos perdido la ocasión de actuar de forma conjunta, de coordinar actuaciones, de llegar a acuerdos para no volver locos a nuestros operadores y turistas.

Otra vez hemos perdido la ocasión de que algunos de los órganos de coordinación que tenemos (para esto se crearon figuras como el Consejo Español de Turismo; la Conferencia Sectorial de Turismo; la Mesa de Directores Generales de Turismo o la Comisión Interministerial de Turismo) sirvan para lo que se crearon.

Y entre tanto, los que se tienen que estar descojonando de risa son los de Airbnb, HouseTrip, Booking, Windu o HomeAway, cuando ven desde la distancia el lío normativo que nos estamos auto imponiendo, mientras ellos ganan miles de millones de euros.

Mejor sin Ministro


En diciembre de 2015 se celebraron elecciones al gobierno de España, fueron las duodécimas elecciones desde la transición a la democracia, y las primeras que parecen que se van a eternizar.

Desde septiembre de dicho año, observamos como el Ministerio de Turismo de nuestro país dejó de funcionar, el Ministro y sus cargos de confianza estaban más preocupados de seguir en el gobierno, que de hacer el trabajo por el cobraban. Llevamos ya más de un año sin Ministro de Turismo, sin ninguna iniciativa turística a iniciativa del gobierno central ... y lo que nos puede quedar.

¿Y qué ha pasado en este último año?. La respuesta es clara, nunca se ha producido un crecimiento turístico mayor, que el que hemos tenido en este último año.

Sí, estoy afirmando que sin gobierno turístico nunca nos ha ido mejor.

Por lo tanto, una primera conclusión es que los datos nos confirman que el que “nos vaya bien, o nos vaya mal”, en turismo, no depende de la acción de un gobierno u otro, sino que depende de cientos de factores económicos, monetarios, bélicos, sociales, de las acciones que el sector privado desarrolle, de estrategias empresariales globalizadas, de modas, ... y, también, de la política turística.

Incluso, si algún estudioso del turismo analizara los datos turísticos de los últimos treinta años en una tesis doctoral, podría concluir que sin Ministro, el turismo en España iría mucho mejor.

Hagamos un poco de historia política.

José Manuel Soria anunció en abril, después de más de seis meses de “inacción”, que renunciaba como titular del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, tras hacerse pública su relación con los llamados papeles de Panamá y su participación en empresas familiares radicadas en paraísos fiscales. El Sr. Soria negó esa evidencia durante más de una semana, dijo que todo era mentira, pero en los periódicos pudimos ver los documentos que evidenciaban que todo aquello era cierto, por lo que nos quedamos sin Ministro en funciones, que en mi opinión, en aquella época, ni era Ministro ni tenía funciones.

Y hagamos un poco de historia turística de lo que ha pasado en este último año:

·         El número de viajeros alojados en establecimientos turísticos reglados en España (hoteles, pensiones, apartamentos turísticos, camping y casas rurales) fue de un 8 % mayor que en el año anterior.
·         El número de pernoctaciones realizadas en establecimientos turísticos reglados en nuestro país fue de un 7,4 mayor.
·         El número de llegadas a los aeropuertos nacionales subió en un 10 % con respecto al mismo periodo del año anterior.
·         El ingreso por habitación disponible, RevPar, subió, ni más ni menos, que un 10,8 % en los hoteles de nuestro país.
·         Según Exceltur, la gran patronal turística, “el verano de 2016 se cerró con un balance turístico excepcional”.
·         Exceltur llega incluso a afirmar que el verano de 2016 difícilmente será “replicable”.
·         El PIB turístico, según estimaciones empresariales, crecerá el doble que el PIB general, con unos aumentos del 4,5 %.
·         Se habrán generado casi 90.000 empleos turísticos más que en el mismo periodo del año anterior.


Y dejemos ya de hacer historia.

Lo que dicen los números es que sin Ministro de Turismo, el turismo ha ido mucho mejor que cuando teníamos Ministro de Turismo. Bonita paradoja digna de reflexión.

Si bien es cierto que el último Ministro de Turismo no era “apasionado” de nuestra principal actividad generadora de empleo y riqueza (es más, le importaba bien poco, ya que cuando le leíamos alguna declaración era sobre industria), sí que era el último responsable, o irresponsable, según se mire, de la misma.

El mensaje que quiero transmitir, es que no es cierto o en lenguaje de mi barrio, que es mentira, que cuando el turismo vaya bien dependa del buen trabajo del Concejal, Consejero o Ministro de Turismo, o de la Concejala, Consejera o Ministra, obviamente.

Pero también debemos tener bien claro que cuando las cosas empiecen a ir peor, o en lenguaje técnico, “que los crecimientos interanuales se desaceleren", no será "culpa" del responsable político de turno.

Creo que en nuestro país, o en nuestro pueblo, tenemos una percepción demasiado simple de los resultados turísticos, intentando culpar a la administración turística cuando las cosas van mal. Y también creo que existe un autobombo excesivo de esos responsables políticos convocando ruedas de prensa para transmitir lo que va bien, haciéndose una auto adjudicación de que esos resultados es gracias a su excepcional gestión.

Ni una cosa, ni otra.

No caigamos en falsas y simples lecturas de que el devenir de la actividad turística dependa de una de las partes que intervienen en el desarrollo de la misma. Los resultados, buenos o malos, dependen de todos, de todas, y por lo tanto nadie debe pensar que tiene un papel primordial en dicha evolución.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras responsabilidades y cada uno de nosotros ponemos nuestro grano de arena para que esto funcione mejor o peor, y seguro que nadie tiene más del 1 % de la competencia final en los resultados globales.

Que nadie se adjudique los beneficios obtenidos de un crecimiento turístico, y que nadie culpe de los descensos de determinados indicadores turísticos a un solo actor. Cualquiera de esas dos versiones sería una visión miope y analfabeta de la realidad del funcionamiento de la estructura turística.

Sería como afirmar que sin Ministro de Turismo, como nos ha pasado en el último año, todo funciona mucho mejor, ... aunque así haya sido.