viernes, 13 de enero de 2017

Otra vez


Parecía que era imposible volver a hacer de la legislación turística en España una auténtica locura, ... pero lo hemos vuelto a conseguir.

Somos unos campeones a la hora de complicarnos la vida.

Recordemos cual es la situación de la normativa hotelera en España. Bueno, primero habrá que recordar que no existe una normativa hotelera en España, ... que existen diecisiete (sí, 17), cada una con todas sus "cositas" y esas "cositas" son diferentes de una región a otra.

Podemos encontrarnos con un hotel andaluz de 3 estrellas, por ejemplo localizado en el Valle de los Pedroches cordobés, que en Extremadura (a diez kilómetros) podría tener 4 estrellas y en Castilla la Mancha (que está a unos 20 kilómetros), podría tener 2 estrellas. Diréis que esto no puede ser y que es mentira. Pues no, esto podría suceder, aunque es cierto que lo he exagerado un poco.

Pero es que debemos recordar que cuando nosotros tenemos esas 17 normativas diferentes, otros países se unen para que solo exista una única legislación hotelera para todos ellos. Ese es el caso de Hotelstars Union, que se creó en 2009 con el objetivo de tener un único régimen de ordenación hotelera para Alemania, Suiza, Holanda, Austria, la República Checa, Suecia y Hungría. Actualmente presenta una oferta de 300.000 hoteles de 15 estados europeos, ... y claro está, entre ellos no se encuentra España. Hasta ahí podríamos llegar ¡¡.

Pero si creéis que lo de la normativa hotelera es un despropósito en nuestro país, os prometo que en la de los alojamientos rurales existen más de 40 denominaciones y normativas por cada uno de ellos. Es un magnífico ejemplo para explicar en las Universidades de todo el mundo de ... como "no hacer las cosas".

Pero si creéis que este cúmulo de despropósitos era lo máximo que nos podía pasar, ... que equivocados estáis.

Ha vuelto a suceder, está volviendo a suceder, y volverá a suceder.

Resulta que como bien sabéis, hay una tipología de alojamiento relativamente nueva y que en los últimos dos o tres años está creciendo de forma exponencial, que es lo que conocemos como viviendas con fines turísticos, o viviendas vacacionales, o alojamiento turístico extrahotelero, o viviendas de uso turístico, o apartamentos turísticos, etc. Lo mismo, pero con distinto nombre según la región.

Y yo no puedo entender las "diferencias particulares" de las viviendas con fines turísticos de Extremadura, con respecto a las de Canarias, o Castilla León, o las de la Comunidad de Madrid o a las de Andalucía ... Entonces, si no existen diferencias entre alquilar un piso a turistas en una región y alquilar otro piso a otros turistas en otra región, entonces ¿por qué las normativas tienen que ser distintas?.

No puedo entender las diferencias normativas para el alquiler de un piso en el que se alojen turistas, porque un piso, es un piso, aquí y en Pekín. No puedo entender que en Asturias tengan que poner una mesita con un mantel de crochet, en la Comunidad Valenciana unas naranjas en un frutero y en Andalucía una gitana encima de la tele. Si bien esto es un poco de cachondeo, sí que es cierto según las distintas legislaciones que en Madrid el tiempo máximo de estancia en una viviendas con fines turísticos es de tres meses, en Andalucía es de dos meses, en Aragón es de un mes, y en Valencia no tiene límite.

¿Alguien lo entiende?

No puedo entender que en Baleares se exija que la vivienda con fines turísticos sea en una vivienda unifamiliar, en Asturias que no sean pisos "en un edificio sometido al régimen de propiedad horizontal", ... con dos cojones. En Andalucía se permite el alquiler de habitaciones y en el País Vasco, por ejemplo, se acepta el "bed & breakfast".

¿Alguien lo entiende?

No puede entender que solo en la Comunidad Valenciana se obligue a constituir una empresa gestora si el propietario tiene más de cuatro viviendas, o que en menos de la mitad se tenga que ofrecer un número de atención telefónica, o que solo en una (Cataluña)se aplique una tasa sobre el uso turístico de esas viviendas (y además de distintas cantidades, de 0,45 € a 0,65 €, sobre algo que no me he enterado bien).

¿Alguien lo entiende?

Podría seguir planteando otros ejemplos de distintas formas de ver una misma realidad, podría hablaros de distintos metros cuadrados, de distintos papelitos que tienen que estar en la vivienda, de distintas autorizaciones que tienen que pedir, o de distintos cartelitos que deben situarse en distintos lugares.

Otra vez hemos perdido la ocasión de actuar de forma conjunta, de coordinar actuaciones, de llegar a acuerdos para no volver locos a nuestros operadores y turistas.

Otra vez hemos perdido la ocasión de que algunos de los órganos de coordinación que tenemos (para esto se crearon figuras como el Consejo Español de Turismo; la Conferencia Sectorial de Turismo; la Mesa de Directores Generales de Turismo o la Comisión Interministerial de Turismo) sirvan para lo que se crearon.

Y entre tanto, los que se tienen que estar descojonando de risa son los de Airbnb, HouseTrip, Booking, Windu o HomeAway, cuando ven desde la distancia el lío normativo que nos estamos auto imponiendo, mientras ellos ganan miles de millones de euros.

Mejor sin Ministro


En diciembre de 2015 se celebraron elecciones al gobierno de España, fueron las duodécimas elecciones desde la transición a la democracia, y las primeras que parecen que se van a eternizar.

Desde septiembre de dicho año, observamos como el Ministerio de Turismo de nuestro país dejó de funcionar, el Ministro y sus cargos de confianza estaban más preocupados de seguir en el gobierno, que de hacer el trabajo por el cobraban. Llevamos ya más de un año sin Ministro de Turismo, sin ninguna iniciativa turística a iniciativa del gobierno central ... y lo que nos puede quedar.

¿Y qué ha pasado en este último año?. La respuesta es clara, nunca se ha producido un crecimiento turístico mayor, que el que hemos tenido en este último año.

Sí, estoy afirmando que sin gobierno turístico nunca nos ha ido mejor.

Por lo tanto, una primera conclusión es que los datos nos confirman que el que “nos vaya bien, o nos vaya mal”, en turismo, no depende de la acción de un gobierno u otro, sino que depende de cientos de factores económicos, monetarios, bélicos, sociales, de las acciones que el sector privado desarrolle, de estrategias empresariales globalizadas, de modas, ... y, también, de la política turística.

Incluso, si algún estudioso del turismo analizara los datos turísticos de los últimos treinta años en una tesis doctoral, podría concluir que sin Ministro, el turismo en España iría mucho mejor.

Hagamos un poco de historia política.

José Manuel Soria anunció en abril, después de más de seis meses de “inacción”, que renunciaba como titular del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, tras hacerse pública su relación con los llamados papeles de Panamá y su participación en empresas familiares radicadas en paraísos fiscales. El Sr. Soria negó esa evidencia durante más de una semana, dijo que todo era mentira, pero en los periódicos pudimos ver los documentos que evidenciaban que todo aquello era cierto, por lo que nos quedamos sin Ministro en funciones, que en mi opinión, en aquella época, ni era Ministro ni tenía funciones.

Y hagamos un poco de historia turística de lo que ha pasado en este último año:

·         El número de viajeros alojados en establecimientos turísticos reglados en España (hoteles, pensiones, apartamentos turísticos, camping y casas rurales) fue de un 8 % mayor que en el año anterior.
·         El número de pernoctaciones realizadas en establecimientos turísticos reglados en nuestro país fue de un 7,4 mayor.
·         El número de llegadas a los aeropuertos nacionales subió en un 10 % con respecto al mismo periodo del año anterior.
·         El ingreso por habitación disponible, RevPar, subió, ni más ni menos, que un 10,8 % en los hoteles de nuestro país.
·         Según Exceltur, la gran patronal turística, “el verano de 2016 se cerró con un balance turístico excepcional”.
·         Exceltur llega incluso a afirmar que el verano de 2016 difícilmente será “replicable”.
·         El PIB turístico, según estimaciones empresariales, crecerá el doble que el PIB general, con unos aumentos del 4,5 %.
·         Se habrán generado casi 90.000 empleos turísticos más que en el mismo periodo del año anterior.


Y dejemos ya de hacer historia.

Lo que dicen los números es que sin Ministro de Turismo, el turismo ha ido mucho mejor que cuando teníamos Ministro de Turismo. Bonita paradoja digna de reflexión.

Si bien es cierto que el último Ministro de Turismo no era “apasionado” de nuestra principal actividad generadora de empleo y riqueza (es más, le importaba bien poco, ya que cuando le leíamos alguna declaración era sobre industria), sí que era el último responsable, o irresponsable, según se mire, de la misma.

El mensaje que quiero transmitir, es que no es cierto o en lenguaje de mi barrio, que es mentira, que cuando el turismo vaya bien dependa del buen trabajo del Concejal, Consejero o Ministro de Turismo, o de la Concejala, Consejera o Ministra, obviamente.

Pero también debemos tener bien claro que cuando las cosas empiecen a ir peor, o en lenguaje técnico, “que los crecimientos interanuales se desaceleren", no será "culpa" del responsable político de turno.

Creo que en nuestro país, o en nuestro pueblo, tenemos una percepción demasiado simple de los resultados turísticos, intentando culpar a la administración turística cuando las cosas van mal. Y también creo que existe un autobombo excesivo de esos responsables políticos convocando ruedas de prensa para transmitir lo que va bien, haciéndose una auto adjudicación de que esos resultados es gracias a su excepcional gestión.

Ni una cosa, ni otra.

No caigamos en falsas y simples lecturas de que el devenir de la actividad turística dependa de una de las partes que intervienen en el desarrollo de la misma. Los resultados, buenos o malos, dependen de todos, de todas, y por lo tanto nadie debe pensar que tiene un papel primordial en dicha evolución.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras responsabilidades y cada uno de nosotros ponemos nuestro grano de arena para que esto funcione mejor o peor, y seguro que nadie tiene más del 1 % de la competencia final en los resultados globales.

Que nadie se adjudique los beneficios obtenidos de un crecimiento turístico, y que nadie culpe de los descensos de determinados indicadores turísticos a un solo actor. Cualquiera de esas dos versiones sería una visión miope y analfabeta de la realidad del funcionamiento de la estructura turística.

Sería como afirmar que sin Ministro de Turismo, como nos ha pasado en el último año, todo funciona mucho mejor, ... aunque así haya sido.