lunes, 3 de noviembre de 2014

No se te ocurra leerlo

Lo he escrito porque quería compartir mi opinión contigo, aunque puedas deprimirte al leerlo, pero ya te he avisado.  De todas formas, creo que es mejor conocer la realidad, analizada científicamente, de lo que está sucediendo en nuestro país, que usar la táctica del avestruz, esa que ya hacen demasiados irresponsables de nuestros gobiernos.

Entre tanto caso de corrupción, entre enterarnos cada mañana quien es el ladrón de turno, entre tanta indignación por ver como algunos políticos, empresarios y otros sinvergüenzas, roban el dinero de todos, han pasado de puntillas dos estudios que nos muestran la realidad social de nuestro país.

Nuestra lamentable realidad es el fracaso del sistema, el fracaso del Estado.

Indignación total, sería la definición al leer los dos ultimos informes publicados en estos días por dos organismos de indiscutible compromiso, independencia y conocimiento de la realidad social española, el de Cáritas y el de Unicef.

Al leer sus conclusiones, ambos análisis nos llevan a la misma conclusión, el Estado no cumple con su misión básica de trabajar por la igualdad de los españoles, por la solidaridad y por ayudar a los más desfavorecidos.  Todo lo contrario, en nuestro país, los pobres son ahora más y mucho más pobres, y los ricos son ahora más y mucho más ricos.  Justo lo contrario a lo que deberíamos aspirar, o por lo menos, de lo que considero que deberíamos aspirar.

En el informe de Cáritas (29/10/2014) podemos leer que más de once millones de españoles viven en una situación de exclusión social, que de ellos, cinco millones se encuentrar en exclusión severa, que existen altos niveles de desigualdad social, que el sistema de prestaciones es reducido, que tres de cada cuatro personas en exclusión social está fuera del mercado de trabajo o que el 61% no puede acceder a una vivienda.  También señala que se puede hablar de una generación de jóvenes perdida, donde además, uno de cada cuatro está fuera del sistema educativo y uno de cada tres, vive en hogares excluidos.  Para llorar.

En el informe de Unicef (28/10/2014) podemos leer que los ingresos de las familias españolas dan un gran salto hacia atrás de diez años, que las tasas de fertilidad se han ralentizado por la situación económica, que la pobreza entre los niños aumentó más de ocho puntos (del 28% al 36%).  Señala que España es el tercer país europeo con mayor pobreza infantil en términos relativos, solo por detrás de Grecia y Letonia, habiéndose incrementado en cuatro años un 40% la población de niños con carencias materiales graves, o que en España, a principios de 2013, había unos 831.000 jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban.  Para llorar.

Unicef y Cáritas nos dicen lo que ya imaginábamos, pero que lo afirma sendos estudios científicos y comparativos.  Mejor leerlo, mejor conocerlo y necesario actuar.  Actuar contra las políticas de recortes, las que dañan a los más débiles, esas que reducen las becas, las ayudas a la dependencia, o los subsidios por desempleo.  Actuar manifestando nuestro enorme cabreo de que esta situación es totalmente inadmisible.

Gritar alto de que el Estado sirve precisamente para trabajar por la igualdad, y que la ruptura social cada día es mayor en nuestro país, que estamos retrocediendo décadas en indicadores de bienestar y de igualdad social, y que este gobierno es responsable de ello.

No, esto no puede seguir así, me niego.  Niego la pasividad ante la injusticia y la desigualdad, y en este caso la culpa en nuestra, de la sociedad civil, que no actúa ante tanto despropósito.

Si has leído y compartes estas reflexiones, mi propuesta es bien simple, ... hagamos algo y ya.