domingo, 7 de junio de 2015

Corruptos, estafadores y … la Complutense



Sábado por la mañana, de esas mañanas tranquilas y relajadas en la que uno se sienta el sol a leer el periódico, de esos ratos en lo que estás a gusto.

Esa paz y tranquilidad se me iba pasando a medida que leía a El País. Últimamente parece que hacen el periódico para cabrear a quien lo compra. Es increíble, pagar por estar informado de la mierda que nos rodea. De cada diez noticias seis o siete eran negativas.

Allí estaban, una amplia gama de los casos de corrupción, de desfalcos a Hacienda, de comisiones ilegales,… en fin, los casos más surrealistas de nuestra sociedad, que además, pasan todos los días ante nuestros atónitos ojos, y ya sin inmutarnos, a lo único que llegamos es a exclamar “vaya, otro hijo de puta”, y casi temblando pasamos la hoja del periódico a ver qué nueva noticia negativa nos trae.

Total, que pasé la hoja del periódico y me encontré con una agradable noticia para mí, y es que, quizás, la universidad española más prestigiosa, la Complutense, que cuenta con más de 85.000 estudiantes, ofertaba/publicitaba sus Curso de Verano de 2015 en El Escorial.

Ni más ni menos que dos páginas cargadas de cursos, de espacios comunes de conocimiento, reflexión y debate, en definitiva, casi cien cursos en los que se supone que están los temas científicos, económicos, sociales, políticos o artísticos, más interesantes de nuestra sociedad.

Recuerdo que lo primero que pensé al ver que eran dos páginas, fue algo así como “vaya pasta que se han tenido que gastar”, ya que una página del El País, del ABC, de El Mundo, etc., etc., tienen que costar decenas de miles de euros, o incluso cientos de miles de euros de publicidad, pues dos páginas serían casi el doble de esas decenas o centenas de miles de euros.

Seguía pensando en que “habrá algo más de fondo, porque no se entiende ese despliegue publicitario”, pero una vez que me hice esa reflexión, sin querer llegar a ninguna respuesta, y como la “cabra tira al monte”, me puse a leer los más de 90 cursos programados, y muy bien publicitados, para comprobar los que habían sobre turismo y si me cuadraban las fechas y las temáticas, poder asistir a alguno de ellos.

Pues eso, que me puse a ojear los cursos, y empecé a sonreír. “Qué cojones tienen algunos y algunas”, pensé, al leer que el día 29 y 30 de junio y 1 de julio, se celebrará el curso sobre “Cantando e con danca trovar en la corte de Alfonso X”, o que los días 1, 2 y 3 de julio algunos podrán disfrutar del curso relacionado con “Novatadas, un desafío para nuestra sociedad”. Seguí leyendo cursos, y me llamaron la atención algunos de los que no entiendo nada, como ese interesante seminario sobre “Literatura y crisis: el teatro documento”, o ese otro sobre “Los excesos, lo normal y los defectos de la cordura”. Aquí me paré varios minutos, dándole vueltas solo al título. Pensé por un momento en apuntarme, pero poco me duró ese defecto de la cordura, y seguí leyendo, curso tras curso para llegar a los de turismo, que por entonces eran inexistentes.

Seguí leyendo. Otro curso, otro, otro, otro,… cuando me di cuenta que casi estaba terminando de leer esas dos página y empecé a cabrearme.

Volví atrás, y los empecé a leer, ahora, más detenidamente. Por tercera vez, lo volví a releer y de nuevo me volví a cabrear.

Mi mañana soleada de sábado, relajada y en paz, se la habían cargado un puñado de corruptos, ladrones, estafadores, desfalcadores,… y la Complutense.

Más de 90 cursos, … y ninguno, ninguno, ni uno, de análisis de lo que es la principal fuente de ingresos, de riqueza y de empleo de nuestro país, que es el turismo.

Vuelvo a ojearlos, ya por cuarta vez, a ver si salía alguna palabra de algo así como “ocio”, “viajes”, “turistas”, “hoteles”, “destinos”, …, en fin algo relacionado con lo que es, insisto, nuestra principal fuente de ingresos, riqueza y empleos, y ni por esa. Nada de nada.

Me vuelvo a cabrear, y entonces pienso “¿no habrá en la Complutense estudios de Turismo?”. Entro en su web y me encuentro que tiene el grado de Turismo, es más, tiene una Facultad de Comercio y Turismo, que además oferta varios Máster en Dirección y Gestión de Empresas Hoteleras o en Planificación y Gestión de Destinos Turísticos.

En definitiva, parece que no hay que debatir sobre las nuevas formas de comercialización turística, de las nuevas tendencias de la demanda turística, de innovación turística, de las aplicaciones tecnológicas en el sector turístico, de la creación de nuevos productos turísticos, de la ruptura de la estacionalidad turística, de los clubs de productos turísticos, de los destinos turísticos inteligentes, o del título más gilipollezco qué alguno se le ocurra, pero que lleve la palabra “turístico”.

Nada, nada de nada.

Yo, por mi parte, mañana mismo le voy a enviar a la directora de los Cursos de Verano de la Complutense, una propuesta de un curso que se llamará “Hablemos de la principal actividad económica de nuestro país: el TURISMO”.

Eso sí, al terminar de leer todos los cursos ofertados, me quedé más tranquilo con la programación de este año, su último curso de verano girará sobre el “Don Carlo de Verdi y la leyenda negra”. Como diría mi amigo Fernando Fraguas, con dos cojones.