Si proponen políticas fascistas, si son xenófobos como los fascistas, si tienen actitudes fascistas, si se sienten superiores como los fascistas, si tienen discursos fascistas, si son homófobos como los fascistas … entonces, querido amigo/a, es que son fascistas.
Y sí, proponen políticas fascistas. Basan su ideología en un proyecto único,
donde su idea es exaltar la nación, la bandera, tratando de eliminar el
pensamiento político y la libertad individual, gestando su proyecto sobre la
obediencia hacia un líder, queriendo construir un sistema dictatorial.
Y sí, son xenófobos.
Igual que hace pocas décadas rechazaban y generaban odio hacia los
judíos, hoy lo hacen hacia los inmigrantes, tratándolos como seres inferiores y
discriminándolos en todos los aspectos, por tener otro color de piel. Los rechazan, discriminan y apartan, culpan
de violencia intentando que la sociedad los odie.
Y sí, tienen actitudes fascistas. Justifican el recurso de la violencia para
“salvaguardar el orden”, defienden la organización corporativa de la sociedad, copian
carteles de propaganda nazi, son machistas considerando a la mujer como base
para la reproducción y supervivencia de la sociedad, pero inferiores en la
escala social.
Y sí, se sienten superiores como los fascistas. Están convencidos que son superiores, que los
demás no deben pensar, que para eso están ellos y defienden una estructura de
supremacía de quienes están con ellos, contra los que no están con ellos. La
figura del líder debe ser ensalzada, siendo una directriz de seguir lo que diga
y manteniendo en esos “dogmas” su supuesta superioridad.
Y sí, tienen discursos fascistas. Tienen discursos populistas, donde defienden
la bandera, los valores patrios, palabras aisladas y frases vacías que las
imponen a base de repetirlas miles de veces.
Mienten, y les da igual, siguen mintiendo miles de veces, hasta que decenas
de miles creen esas mentiras, incrementando su masa social.
Y sí, son homófobos como los fascistas. Tienen un odio hacia la homosexualidad, creen
que la sexualidad solo tiene un espacio y degradan a los hombres o mujeres que
sienten su sexualidad de forma diversa a la que marca su tradición y su iglesia.
Es urgente, muy urgente, que se apruebe de una vez la ley de
delito de la apología y la exaltación del fascismo. Algo que es obvio en otros países, todavía es
una asignatura pendiente en España. Es
necesario parar un movimiento que desprecia la democracia, la igualdad y el
sistema político existente.
Pensarás que no podemos hacer nada, pero seguramente muchos
de nosotros/as tenemos algún amigo o conocida que vota a Vox. Creo que es nuestra obligación hacerles
entender que se olviden de esos mensajes populistas, que sepan ver las mentiras
que claman y que entiendan que lo que quieren es la vuelta del Estado fascista
a nuestro país.
Es demasiado serio lo que está pasando, aunque se le pueda
quitar importancia, al igual que se quitó importancia al inicio del fascismo en
Europa hace solo ocho décadas.
Querido amigo, querida amiga, ni un espacio más, ni un
acuerdo más, ni un debate más, ni un voto más, a esa extrema derecha … y si el
PP se siente democrático, deberá alejarse de gobiernos apoyados por esa derecha
extrema, de lo contrario, ya sabéis quien le da alas … a cambio de unas
poltronas.