Imagínate que tu familia está en una gran crisis, una crisis
de salud y económica, que le llega a tu pareja, a tus hijos, padres, hermanas,
cuñados, primas, ... e incluso a tus compañeros de trabajo y a tus vecinos.
Imagínate que la mejor solución es que hables con tu cuñado,
el que siempre está en tu contra y le digas que de esta crisis familiar solo
salís bien, si os ponéis los dos de acuerdo.
Imagínate que tu cuñado ha utilizado a fallecidos por una
enfermedad, para decirle a todo el mundo que ha sido por tu culpa.
Imagínate que tu cuñado solo ha intentado ponerte problemas
en tu vida, a sabiendas que también estaba perjudicando a su hermana y a sus
sobrinas, a toda la familia.
Imagínate que tu cuñado le ha mentido a tus suegros, y le ha
dicho que eres un delincuente.
Imagínate que tu cuñado ha divulgado por todos sitios, que
tienes la familia más mísera del mundo y que ha sido por tu culpa.
Imagínate que tu cuñado le repite insistentemente a tu
pareja, su hermana, que por tu culpa la sociedad se desmorona y que incluso, ni
pueden enterrar a sus muertos por tu culpa.
Imagínate que tu cuñado engaña con los datos, y dice que por
tu mala gestión tu familia tiene una hipoteca de 200.000 euros, cuando lo que
te queda por pagar son 15.000 euros.
Imagínate que tu cuñado dice en tu asociación de vecinos, en
tu peña, en tu colectivo y en tu trabajo, que eres un completo desastre,
incluso muestra un papel diciendo que hasta lo dice las universidades más
prestigiosas, cuando eso es mentira.
Imagínate que le has dicho en repetidas ocasiones a tu
cuñado que entiendes las críticas y que no le caigas bien, pero que, por favor,
no siga con mentiras, bulos y descalificaciones personales ... pero por mucho
que se lo hayas dicho, sigue haciéndolas.
Imagínate que tu cuñado quiere todo lo peor para ti, y que no le importa para ello, hacerle también el mal a tu
familia, que es la suya.
A pesar de todo ello, imagínate que hablas con tu cuñado y
le dices que salvar la situación de toda la familia, de toda la sociedad, lo
antes posible y de la forma más eficiente, solo depende de que unáis esfuerzos,
lealtades y confianza en un único proyecto conjunto.
Imagínate que te dice que sí, pero que primero hay que
constituir un tribunal familiar para juzgarte por tus equivocaciones, tus mentiras,
tus robos y por tu responsabilidad por las muertes que has provocado.
¿Te imaginas, con esos antecedentes, que tu cuñado va a
trabajar contigo con lealtad, honradez y honestidad para alcanzar ese objetivo
común para toda la familia?
Pues eso.
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