martes, 5 de agosto de 2014

Un gran vacío


Organizaba la fiesta de mis 50 cumpleaños y sentía que me faltabas. Sentía un gran vacío en mi interior. Cada mail, cada lista de amigos a invitar, cada botella de vino, notaba que me faltabas, noto que me sigues faltando.

Me faltas en mi vida personal y también en la laboral. En el trabajo mi número de teléfono es el que tenías tú, en mi mesa tengo una foto nuestra bien abrazados en el frío de Berlín, tomo notas en tu libreta azul, ….

Pueden pasar quinientos años que te seguiremos echando demasiado de menos.

Ha pasado el intenso dolor de perderte, pero permanece la tristeza de no poder estar más contigo

Sigue con nosotros esa melodía tuya de “venga, vamos a tomarnos un vino con un trozo de queso”.

Sigue el recuerdo de nuestras muchas alegrías, y pocas penas

Sigue el inmenso hueco de tus amigos, que nos juntamos los viernes, y que siempre te echamos de menos

Si, hermano, te echamos mucho de menos

Pero te echamos de menos con alegría.

Recordamos tus abrazos, tus besos, los viajes que organizabas, los líos en los que nos metías, lo bueno que eras como amigo, y lo malo que eras jugando al futbito.

Parece que fue ayer, pero hacen ya demasiados años

Recuerdo, como si fuera ayer, cuando nos dijiste a Jose y a mí que tenías una puta enfermedad, a la que le ibas a ganar la batalla.

Nosotros nos derrumbamos, y tú eras el que nos dabas ánimos.

Hasta en eso nos diste un inmenso ejemplo, hasta en eso. Hacías teatro delante nuestra haciendo como si estuvieras bien, para que nosotros no nos preocupáramos.

Hasta en tus últimos días fuiste un modelo a seguir. Hasta en tus últimos minutos. Te fuiste intentando consolar a los que estábamos desconsolados.

Un gran vacío nos embarga, cada 31 de julio mayor, pero muchos, muchos días te tenemos con nosotros

Y no queremos que se vaya ese recuerdo.

No¡, queremos tenerte siempre presente.

No me acuerdo quien dijo que nadie muere si alguien lo sigue teniendo presente. Y nosotros te tenemos muy presente. Y no solo los que estamos aquí, muchos otros te tienen muy presente.

Nosotros no te olvidaremos, amigo. Nosotros te seguiremos recordando. Le seguiremos recordando a Lucía, a Pablo y a Antoñito el excepcional padre que han tenido, el ejemplo que tienen que imitar.

Nosotros hermano, te seguimos queriendo. No tanto como tú nos has querido a nosotros, pero te seguiremos queriendo.

Y te recordamos como pensamos que a ti te gustaría, juntos, unidos, en este sitio donde tantas risas, abrazos y roncitos nos hemos tomado.

Si me estás viendo, me estarás viendo como lloro al escribir esto.

Si nos estás viendo, solo queremos decirte que te queremos, que nos acordamos de ti, y que no te preocupes, que la promesa que te hicimos en nuestra intimidad la seguiremos manteniendo, no le faltará nada a tu familia.

Y quiero terminar, como estoy seguro que querías que terminara, brindando.

Brindando por la amistad, por tu amistad que sigue entre nosotros.


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