Así es, soy
violable. El rey Juan Carlos, emérito o
no, puede ponerme mirando para Cuenca y aunque yo no esté muy de acuerdo, no
pasaría nada, porque su majestad es inviolable.
Resulta que esta
persona de sangre azul, que le viene la Jefatura del Estado por vía
espermatozoidal y gracias a su Caudillo (al que tanto adoró en vida y agradeció
que lo pusiera dedocráticamente como Jefe del Estado) ha vuelto a liarla, ...
pero no le va a pasar nada.
Ya se
encargarán los medios de comunicación de la derecha de este país, incluso
alguno que era progresista hasta hace poco (me refiero a El País, por si no te
habías enterado) de decirnos que no pasa nada.
Ya se encargarán los juzgados de recordarnos que no es juzgable. Ya se encargarán los partidos políticos
(incluido, por desgracia, el mío) en votar que no hace falta una Comisión de
Investigación. Ya se encargará algún
gilipollas de mentirnos diciendo que cuesta más una República que la Monarquía.
Os
acordaréis de aquel "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a
ocurrir" cuando fue pillado cazando elefantes con su entonces supuesta
amante. Ese "hecho" que tanto
gustó a la España tradicional y que fue ensalzado como un gesto sin precedente
que le honraba, es como si tu mientes y malversas dinero público, pides perdón,
y todos tus vecinos se levantan, se ponen a aplaudirte y gritan "viva el
Manolo", así de surrealista, pero así pasó y así ha vuelto a ocurrir.
Todo indica
que este señor inviolable le ha regalado por "gratitud" 65 millones
de euros a su amante. Ahora vas tú y le
compras a tu amante una corbata o un collar, y con razón te lo tira a la cara, recordándote
que el señor inviolable le ha regalado 65 millones de euros a la suya ... y
además, seguro que te quedas sin polvo.
Pero peor que
tú lo tiene el nuevo amante de la Sra. Corinna, que o bien le hace regalos de
cientos de millones de euros o es un amante de verdad, de esos que hacen el
amor durante cuatro o cinco horas sin parar todos los días, uno de esos que quedan
muy pocos, uno como tú o yo.
Seguimos
enterándonos de muchas más cosas raras o ilegales ... para un ser violable, aunque
no para uno inviolable como su majestad.
Nos enteramos que creó una "Fundación offshore Lucum", de esas
donde la luz no ha entrado desde que se fundó.
Nos
enteramos que según su abogado, o testaferro, o abogado testaferro, o
testaferro monetario, o como cojones se diga, que el señor inviolable ordenó en
La Zarzuela (sí, ese Palacio que pagamos entre tú y yo) que sus asesores
financieros tenían que crear una "estructura" (te lo traduzco, un
chiringuito que transfiere mucha pasta a un segundo, que va un tercero, que va
a un cuarto ... y así hasta el 62 chiringuito) para ocultar dinero en Suiza.
Además, ese
dinero procedía de Arabia Saudí, uno de los países donde los derechos humanos
están más deteriorados del mundo (el de la mujer es que simplemente, no
existe), y a donde el señor inviolable parece que iba en avión oficial, dormía
en palacios oficiales, comía en banquetes oficiales, ... para hacer negocios
particulares.
Nos
enteramos que el fiscal considera que el rey se apoyó en unos señores de
apellidos raros (Canónica y Fasana) y en un banco también raro (Mirabaud) para
hacer esa operación, detallando las idas y venidas de Fasana a Washington y
Basilea para encontrarse con el embajador saudí en EEUU, intermediario del rey,
para ver como se hacía una pequeña transferencia de 100 millones de dólares.
Además, todo
indica que su majestad inviolable Juan Carlos estuvo años sacando dinero de esa
cuenta, hasta que Suiza endureció sus leyes antiblanqueo y "repartió el
dinero que quedaba entre dos de su exparejas: 65 millones para Corinna Larsen y
2 millones para Marta Gayá".
Mi pregunta
a todo esto es ¿por qué le deja 65 millones a una de sus ex amantes y solo 2
millones a otra?. Yo estaría muy ofendida si fuera la de los 2 millones.
Y mi otra
pregunta, esta seria, es ¿por qué seguimos soportando un régimen político de la
edad media, donde el Jefe del Estado se transmite por vía espermatozoidal u orgásmica
y son inviolables?.
Si eres uno
de los seis que has llegado hasta aquí, seguro que tenemos algo en común, Salud
y República, amigo, amiga.