domingo, 12 de julio de 2020

Justicia vital



Feliz, tenemos que estar felices por la aprobación del Ingreso Mínimo Vital.  Quizás de lo único que podríamos lamentarnos, es que se debería de haber aprobado mucho antes.

Feliz porque era necesario por motivos humanos, de justicia social e incluso económicos, que voy a señalar a continuación.

Por motivos humanos.  Porque es indigno que en un país como el nuestro, todavía existan demasiadas miles de familias pobres, que casi no tienen recursos para alimentarse y que pasan frío en invierno, por no tener unos euros para pagar la calefacción.  No hay nada más ruin y vergonzoso para una sociedad, que permitir tener niños pobres ... y hemos de reconocer, con escalofríos, que en España existen.  No podemos permitir que esto siga sucediendo, y me siento feliz de que con mis impuestos, esas familias tengan una vida más digna y una oportunidad para salir de esa situación de pobreza.

Por justicia social.  Porque la riqueza no puede concentrarse en unas pocas manos, porque no puede ser que el 8% más rico de la población española, concentre tanta riqueza como el 92% restante.  

Porque no es justa una sociedad en la que unos tienen para coleccionar yates y otros no tengan ni para comprarle una bicicleta a su hijo.  La sociedad en la que creo, es en la que existan pocas diferencias entre los que más tienen y los que menos tienen, por lo que me siento feliz de que con mis impuestos se incremente la mísera renta de quienes no tienen casi nada.

Por motivos económicos.  Porque la inyección del presupuesto público a las 820.000 familias que están en el umbral de pobreza, va a volver a la economía de nuestro país de forma inmediata.  Quien reciba 5.500 euros al año, unos 450 € al mes, lo dedicará todo al consumo, obvio que no se podrá ahorrar nada con esa cantidad, por lo que será una inyección directa a las pequeñas y medianas empresas, ahora que es cuando más lo necesitan por la crisis económica provocada por el Covid.  

Poco dinero podrán llevarse a Suiza o pocos chalets en la playa podrán comprarse con 450 € al mes.
Con el Ingreso Mínimo Vital se va a producir en nuestro país un hecho histórico, al igual que pasó con la universalidad y gratuidad de la educación, de la salud o con la ley de Dependencia.  En este caso, será dar respuesta a la necesidad de redistribuir la riqueza, erradicar la pobreza severa y, sobre todo, que cientos de miles de familias españolas recobren su dignidad como personas.

La España conservadora y ultraconservadora llamará "parásitos" a estas personas, dirá que es una "paguita", un "regalo" que se les hace a esos "vividores de los demás".  Y, por supuesto, que habrá un 1% de pícaros, no me cabe la más mínima duda que los habrá, pero la inmensísima mayoría lo aceptará con vergüenza y por necesidad, por no poder mantener a su familia por sus propios medios, lo mismo que haría yo si estuviera en su situación.

La única diferencia es que esa España conservadora y ultraconservadora dispone de recursos para mantener a quien no pueda mantenerse, y la palabra solidaridad no la conocen, solo la del egoísmo patológico.

Espero que el Ingreso Mínimo Vital sea un pilar más del Estado del Bienestar, que venga para quedarse y que todas las familias de mi país tengan las necesidades básicas cubiertas, aunque sea con la ayuda de quienes ya las tenemos satisfechas.

Es un gran paso para luchar contra la pobreza, contra la desigualdad, contra la injusticia social, es un gran paso para hacernos un poco más iguales y, sobre todo, para hacer de España un país más digno.

Y sí, estoy feliz de poder colaborar con mis impuestos para que se pueda conseguir esa finalidad ... y quien no lo esté, que se joda.


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