Feliz,
tenemos que estar felices por la aprobación del Ingreso Mínimo Vital. Quizás de lo único que podríamos lamentarnos,
es que se debería de haber aprobado mucho antes.
Feliz porque
era necesario por motivos humanos, de justicia social e incluso económicos, que
voy a señalar a continuación.
Por motivos
humanos. Porque es indigno que en un país
como el nuestro, todavía existan demasiadas miles de familias pobres, que casi
no tienen recursos para alimentarse y que pasan frío en invierno, por no tener unos euros para pagar la calefacción. No hay nada más ruin y vergonzoso para una
sociedad, que permitir tener niños pobres ... y hemos de reconocer, con
escalofríos, que en España existen. No podemos
permitir que esto siga sucediendo, y me siento feliz de que con mis impuestos, esas
familias tengan una vida más digna y una oportunidad para salir de esa
situación de pobreza.
Por justicia
social. Porque la riqueza no puede
concentrarse en unas pocas manos, porque no puede ser que el 8% más rico de la
población española, concentre tanta riqueza como el 92% restante.
Porque no es justa una sociedad en la que
unos tienen para coleccionar yates y otros no tengan ni para comprarle una
bicicleta a su hijo. La sociedad en la
que creo, es en la que existan pocas diferencias entre los que más tienen y los
que menos tienen, por lo que me siento feliz de que con mis impuestos se
incremente la mísera renta de quienes no tienen casi nada.
Por motivos
económicos. Porque la inyección del
presupuesto público a las 820.000 familias que están en el umbral de pobreza,
va a volver a la economía de nuestro país de forma inmediata. Quien reciba 5.500 euros al año, unos 450 €
al mes, lo dedicará todo al consumo, obvio que no se podrá ahorrar nada con esa
cantidad, por lo que será una inyección directa a las pequeñas y medianas
empresas, ahora que es cuando más lo necesitan por la crisis económica
provocada por el Covid.
Poco dinero
podrán llevarse a Suiza o pocos chalets en la playa podrán comprarse con 450 €
al mes.
Con el
Ingreso Mínimo Vital se va a producir en nuestro país un hecho histórico, al
igual que pasó con la universalidad y gratuidad de la educación, de la salud o con
la ley de Dependencia. En este caso,
será dar respuesta a la necesidad de redistribuir la riqueza, erradicar la pobreza
severa y, sobre todo, que cientos de miles de familias españolas recobren su
dignidad como personas.
La España
conservadora y ultraconservadora llamará "parásitos" a estas
personas, dirá que es una "paguita", un "regalo" que se les
hace a esos "vividores de los demás". Y, por supuesto, que habrá un 1% de pícaros,
no me cabe la más mínima duda que los habrá, pero la inmensísima mayoría lo
aceptará con vergüenza y por necesidad, por no poder mantener a su familia por
sus propios medios, lo mismo que haría yo si estuviera en su situación.
La única
diferencia es que esa España conservadora y ultraconservadora dispone de
recursos para mantener a quien no pueda mantenerse, y la palabra solidaridad no
la conocen, solo la del egoísmo patológico.
Espero que
el Ingreso Mínimo Vital sea un pilar más del Estado del Bienestar, que venga
para quedarse y que todas las familias de mi país tengan las necesidades
básicas cubiertas, aunque sea con la ayuda de quienes ya las tenemos satisfechas.
Es un gran
paso para luchar contra la pobreza, contra la desigualdad, contra la injusticia
social, es un gran paso para hacernos un poco más iguales y, sobre todo, para
hacer de España un país más digno.
Y sí, estoy
feliz de poder colaborar con mis impuestos para que se pueda conseguir esa
finalidad ... y quien no lo esté, que se joda.
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