martes, 1 de junio de 2021

La menos mala

Estoy hablando de lo que todo el mundo está hablando, de la posibilidad de indulto a los presos del procés.

La verdad es que es complicado escribir de esto, ya que de mis seis lectores tres estaréis de acuerdo con lo escrito y los otros tres diréis que estoy chalao, por lo que hubiera sido mejor no meterme en este berenjenal.

Antes de nada, quería es deciros que no tenía una opinión bien definida al respecto, y que he leído y meditado mucho, antes de poder escribir esto.  Pues bien, creo que la opción de indultar a los presos que abanderaron la consulta popular, e ilegal, sobre el independentismo catalán, es la menos mala de todas.

Estoy escuchando a algunos defender que los informes del Supremo están en contra, cuando estamos hablando de una decisión política y no judicial, por lo que ese informe para nada es vinculante en la decisión del Gobierno. Es más, han existido muchos indultos en contra de los informes de dicho tribunal.

Lo curioso es que cuando han sido otros gobiernos los que han dictado esos indultos, muy significativos los del Sr. Aznar o Rajoy, no ha pasado nada y ahora todos los medios de las derechas, que son muchos, maldicen esa posible decisión.  Hay que recordar que incluso se indultó a un militar golpista, que con pistola en mano y disparando en el Congreso, quería reinstaurar la dictadura.

Mi meditada opinión, es clara, creo que lo que se está debatiendo es una decisión política, y necesaria, para la concordia de la política territorial de nuestro país.

Hay algunos que dicen que eso es bajarse los pantalones, que lo que se debería hacer es ordenar al ejército tomar Cataluña.  Esos son los que están acostumbrados a que hablen las armas para imponer “su orden”, son esos que añoran tiempos pasados.  Yo creo que lo que debe hablar es la “palabra, el debate y la búsqueda de una solución política”, dejando las armas en una caja blindada.

Entiendo que es necesario, y posible, una solución política, en la apuesta de llegar a un punto de unión entre las sensibilidades independentista y la Constitución de nuestro país.

Entiendo que ejercitar el derecho al indulto le llevará al partido socialista, que sustenta el gobierno de España, a un desgaste público importante, que seguramente conllevará pérdida de apoyo (y votos) de la ciudadanía.  Por ello, me parece una opción demasiado valiente, porque si se tuviera en cuenta solo esos intereses partidistas, no se tomaría esa decisión.

Es necesario acabar con los largos años del silencio de Rajoy al frente del gobierno, donde no existía ni diálogo, ni política alguna a favor de la convivencia … y así nos fue.

Los números también lo dicen, hasta el mismo CIS catalán (que creo que no manipulará datos en contra del independentismo) lo señala claramente.  A la pregunta que hace repetidamente desde hace diez años de “¿Quiere que Cataluña se convierta en un estado independiente?”, la respuesta del “Si” era del 48% en época de la falta de diálogo con el gobierno de Rajoy, mientras que ahora a esa misma pregunta es respondida por el 44% de la ciudadanía catalana.  Alguien dirá que solo ha bajado cuatro puntos. Efectivamente, cuatro puntos, pero sobre todo se ha roto la tendencia de crecimiento hacia el independentismo, y eso es demasiado.

Por lo tanto, es necesario retomar la política como acción de concordia, de diálogo para llegar a un acuerdo en el marco constitucional, no queda otra.

Y si para eso, un gobierno da un primer paso y se juega apoyo electoral, para mí es valentía, es visión de Estado, es apostar por un futuro de armonía, de llegar a acuerdos, apostar por olvidar de una vez la situación de continua tensión y confrontación que tanto nos cansa a los españoles/as.  Es cierto que después debería dar el segundo paso el Govern catalán, obvio, pero por el bien de toda España, es necesario que se inicie la senda del diálogo, y eso no se impone con “cojones y armas”, eso se obtiene con “diálogo y actos de entendimiento” y da igual quien los inicie.

Sabéis, después de esta reflexión, cambio de opinión, no creo que sea la decisión “menos mala”, creo que es “la mejor decisión”.


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