lunes, 17 de mayo de 2021

Solidaridad … para mí

Hace unos días, cuando subía por Calle Larios para mi tradicional cerveza de los viernes con los amigos, me encontré a un grupo de jóvenes que protestaban por algo.  Me acerqué para interesarme y el motivo era que H&M, multinacional de tiendas de ropa, iba a cerrar el establecimiento en el que trabajaban.

Me pidieron que me solidarizara y firmara un documento para adherirme a la petición de que no cerraran la tienda, cosa que obviamente hice.   Mientras tanto, cientos de malagueños subían o bajaban la calle y casi nadie prestaba atención a lo que allí sucedía.

Cuando llegué al bar donde había quedado, ya con la cerveza en la mano, me quedé pensando en que nuestra sociedad está enferma.  Que esta puñetera sociedad cada vez se parece menos a un grupo de personas que tienen unos intereses comunes, convirtiéndose en un conjunto de personas que solo tienen intereses particulares.

Por unos minutos me quedé fuera de la conversación, pensando en la podrida realidad en la que se estaba convirtiendo la vida social y el sentido tan hueco de la palabra solidaridad.  Me quedé pensando que estaba desapareciendo la sociedad, que se estaba convirtiendo en miles de vidas individualistas.

Después de otro sorbo de cerveza, me vino a la mente los primeros de mayo, donde los trabajadores de determinadas empresas en peligro de cierre, iban a manifestarse para solicitar el apoyo de los malagueños/as que allí estábamos en sus reivindicaciones, cosa que estaba bien.  Pero el problema es que, a los siguientes años, estuvieran en el paro o conservaran sus trabajos, no volvían a asistir a la concentración del 1 de mayo para dar su solidaridad a otros trabajadores/as que lo estuvieran pasando mal.

Seguía con la cerveza en la mano, ya sin beber, con la mirada perdida y muy triste por como va perdiendo valor la solidaridad de nuestra sociedad, mientras va ganando el individualismo.

En eso que Jose dijo, “Rafa, cojones, que estás perdido”, a lo que desperté de mi ausencia, y le contesté que no, que no estaba perdido, que necesitábamos seguir luchando por una sociedad más justa y solidaria.

Otros no me entenderían, pero ellos sí.  Y espero que vosotros/as también me entendáis y estéis de acuerdo conmigo.

Aunque la sociedad corra hacia el individualismo, todavía estamos a tiempo de pararla y volver a la tranquilidad de saber que es infinitamente mejor vivir con el valor de la solidaridad, sabiendo que si algo nos va mal en la vida, la sociedad en su conjunto nos va a apoyar.

Eso es mucho.  Y eso es lo contrario al individualismo, al liberalismo.

Tú decides.

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