Muchos de vosotros, de vosotras, me habéis enviado un guasa diciéndome que también tenéis un amigo Paco, como el mío, y que solo cambia su nombre, Antonio, Reme, Lucía o Javier. Me habéis escrito unos veinte, pero eso sí, no me habéis llamado ninguno, parece que se os ha olvidado eso de hablar por teléfono.
Esos Pacos, Antonios, Remes, Lucías o Javieres, de
derechas, autónomos, solo protestan por lo mal que lo está haciendo el PSOE y
el poco apoyo que tienen del gobierno actual. Pero en la anterior crisis, ninguno
de ellos rechistó cuando el gobierno del PP solo apoyó al sector bancario y se
olvidó, totalmente, de los autónomos y los pequeños empresarios.
Pues pensando en lo anterior, en una tranquila tarde
de domingo, solo quería compartir con vosotros que mi amigo Paco, aparte de ser
de derechas, es capillita, del Barcelona, de la banderita de España en la
pulsera, del libre mercado, de los liberales de toda la vida, de los que dicen a
los cuatro vientos que el Estado no sirve de nada.
Como bien sabéis el amor es ciego y no puedo deciros
por qué soy amigo de Paco, la verdad es que objetivamente poco nos une, pero aun
así, lo quiero.
Aunque lo que sí me toca los cojones es, lo tan
neoliberal que es, lo tan de la “economía de mercado”, lo tan defensor de lo
privado y de eliminación de lo público … Y, que ahora clama, grita y reclama
que el Estado debe de asumir las pérdidas que está teniendo debido a la
reducción de sus ventas por la pandemia.
Ahí lo tengo que mandar al carajo, cambiar de tema de
conversación y respirar profundamente … porque querer a amigos como mi Paco, o
tu Antonio, Reme, Lucía o Javier, es realmente complicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario