miércoles, 18 de febrero de 2015

Micro migajas


Ayer leía que dentro de los Presupuestos Generales del Estado para 2015, la Secretaría General de Turismo iba a “desarrollar un proyecto de Innovación Turística con el objetivo de mejorar el liderazgo y la competitividad del sector turístico español”.

Uno siempre se alegra de estas noticias, pero también tengo ya los años suficientes para poder leer otras noticias, que no están en la noticia.

Y me puse a analizar, por encima, ya que es imposible conocer de verdad lo que dicen esos Presupuestos, la partida que se dedica al principal sector generador de empleo y riqueza en nuestro país.

Mi interés era claro, si hay una actividad que ha sostenido la crisis en nuestro país, que ha generado empleo y que ha ayudado a las otras actividades económicas, este ha sido el sector turístico. Los datos son evidentes:
  • El empleo de las ramas turísticas superó los 2,4 millones de personas al año.
  • La evolución de la ocupación en las ramas turísticas en los últimos años muestra una tendencia estable, en contraste con la tendencia decreciente del total de la economía.
  • En términos monetarios, la demanda final turística alcanzó los 130.000 millones de euros, lo que supuso un incremento anual del 4,2% a precios corrientes, a lo que hay que tener en cuenta que España es el segundo país en cuanto a ingresos por turismo internacional del mundo.
  • En los últimos cinco años, mientras que en España se han perdido 156.000 empresas, las relacionadas con la actividad turística han crecido en unas 3.800. Mientras que el PIB global ha bajado un 2,2%, el turístico ha subido un 1,3%.
Y es que el turismo se vuelve a reivindicar como la locomotora de la economía española, convirtiéndose en el único gran sector que genera empleo en el país, inyectando ingresos, marcando records año tras año.

En definitiva, si este país lo ha pasado muy mal, pero ha medio sobrevivido a la crisis, ha sido por la fortaleza del sector turístico, por lo que aporta a la economía y al empleo, y sobre todo por sus efectos indirectos e inducidos para el resto de los sectores económicos.

Pues ante este diagnóstico, ante la evidencia de lo que aporta el sector turístico en impuestos, ingresos y empleo, la siguiente reflexión es clara: ¿qué cantidad de los Presupuestos Generales del Estado, se dedica al sector turístico?. También podríamos hacerlo para el resto de administraciones, pero podemos extrapolar las conclusiones de este análisis de los ingresos y gastos, generales y turísticos, al resto de nuestras administraciones públicas.

La primera conclusión que obtuve de la lectura de ese engorroso documento, es que el Gobierno dedicará en 2015 unos 323 millones de euros a la “Coordinación y Promoción del Turismo”, partida que se encuentra dentro de la relacionada con la “Política de Comercio, Turismo y de la Pyme”. Es decir, el 0,1% del presupuesto.

Tu primera reacción me la estoy imaginando, “no, no puede ser, este Rafa se ha equivocado”. Me puedo haber equivocado, pero le di varias vueltas, y aunque no sea ningún experto en materia presupuestaria, algo sé de ello, y siempre me volvía a salir esos 323 millones.

Es más, dentro de esa cantidad nos encontramos una subpartida de 85 millones de euros para impulsar “la competitividad de las empresas y destinos turísticos del país”. Es decir, y perdón por la repetición, que por ejemplo, para impulsar la competitividad de las empresas y destinos turísticos, se van a dedicar un promedio de 1,6 millones de euros para la Provincia de Málaga.

Hombre, mucho, lo que se dice mucho, no es.

Perdona la licencia, que no es demasiado seria, pero divide lo que se ingresa por impuestos directos gracias al sector turístico entre la aportación del Estado para “mejorar su competitividad empresarial y de los destinos”, y te saldrá algo así como el 0,00007%, … una migaja microscópica.

Hombre, mucho, lo que se dice mucho, no es.

Lo que si cabrea un poco, bueno bastante, es cuando se observan otras partidas presupuestarias que parecen errores, pero que desgraciadamente no lo son.

Así, mientras que a esa competitividad turística se dedicarán esos 85 millones de euros, el Congreso y el Senado se gastarán 32 millones de euros en material de oficina, o que se dediquen unos 1,3 millones a las cafeterías de ambas Cámaras. O que se dediquen 291 millones de euros a gasto telefónico, 50 millones de euros en “reuniones y conferencias”, 193 millones en arrendamiento de edificios. Hay otras partidas que, sin conocer en profundidad a lo que se dedican, te dejan atónito. Por ejemplo, se dedica más dinero que a la “Competitividad Turística”, a la “Mutualidad General Judicial”, al “Consejo de Administración del Patrimonio Nacional”, al “Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música”, a la “Entidad Estatal de Seguros Agrarios”, etc., etc., etc., etc., etc., etc., … o a la “Mancomunidad de los Canales de Taibilla”, que debe ser muy importante porque se dedican a la misma tres veces más presupuesto que al Instituto de Turismo de España.

Hombre, serio, lo que se dice muy serio, con el principal sector que genera riqueza y empleo en nuestro país, no es.

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